viernes, 11 de noviembre de 2011

PARTE 01

Eran las tres de la tarde de un día caluroso en una cafetería donde algunas personas iban a conversar tranquilamente en horas de ocio a merced del aire acondicionado que llenaba el local con un ambiente fresco. La mesera de aquel lugar se acercaba de mesa en mesa a tomar el pedido respectivo.

-¡Disculpe, buenas tardes!- saludó cordialmente.

-¡Buenas tardes!- respondí.

-¿Que le puedo servir?- me preguntó.

-¡Un cafecito bien cargado por favor!…

-¡Cómo no!- respondió aquella señorita con una sonrisa amable mientras apuntaba en su cuadernito de notas -¿Desea pedir algo más?...

-¡No!… no gracias… eso sería todo por el momento… si se me apetece algo más te aviso- respondí.

Aquel lugar era propicio para tener una cita entre amigos, en especial si se trataba de una muy buena amiga a la que no veía hace muchísimos años con la cual (en aquellos tiempos) compartíamos muchas anécdotas, experiencias y sentimientos.

Luego de corto tiempo de espera, la mesera me trajo el café bien cargado (como había pedido) en una diminuta taza de porcelana con unas galletitas duras pero sabrosas al costado.

-¿Estás sólo?- me preguntó.

-Sí… estoy sólo… por el momento- respondí.

-Si no estaría de turno te acompañaría un momento…

-¿Acaso eres un hospital o una farmacia para que estés de “turno”?...

-¡No!… me refiero a mi turno de trabajo…

-Sí, entendí… solo quería hacerte una broma, pero no me salió…

-¡Que gracioso!… (…)… Mi nombre es Sara… y el tuyo…

-Me llamo…

-¡Eduardo Suarez!- interrumpió una voz femenina en tono firme.

-¡Maricarmen Mendoza!- respondí.

Me levanté de la silla donde me encontraba sentado, me acerqué a donde se encontraba aquella señorita de mediana estatura, cuerpo perfectamente moldeado por los continuos ejercicios matinales (footing y steeps) a los cuales ella estaba acostumbrada, de tez blanca, labios pequeños, ojos marrones y cabellos rizados negros como la noche más oscura, y le di un fuerte abrazo y sonoro beso en la mejilla.

-¡¿Cómo estas Marita?!… No sabes cuánto me hiciste falta loquita…

-¡Y tú a mí, tontito!…

El trato entre nosotros era el de siempre a pesar del tiempo que había pasado sin vernos.

-¿Cuantos años han pasado?… ¿Seis?… ¿Siete?… ya no lo sé…

-¡Ocho!- dije.

-¡Mierda!- respondió Maricarmen con una sonrisa en los labios.

-Pero, siéntate Marita, que luego ya no crecerás…

-¿Tú también con esas creencias medievales?... No molestes…

-En realidad es un dicho común… Tú ya sabes…

-Sí, lo sé, pero es mejor que cortemos lo común y seamos únicos…

-Ok, tú ganas… Ahora deja de restregarme en la cara lo común que soy, y cuéntame que ha sido de tu vida…

-Si te contara… (…)… pero bueno, primero lo primero… comenzaré diciéndote que ahora ya, si soy periodista… ¡Licenciada en Periodismo!…

-¡Carajo, felicidades!…

-Sí… Y ahora estoy trabajando en el diario Expreso, en la sección de policiales, allá en Lima… No es gran cosa, pero al menos es una chamba… Tú sabes lo jodido que es encontrar un trabajo, especialmente si es en la carrera que te graduaste… (…)… Mayormente los chicos con los que terminé la carrera están de taxistas o administrando algún negocio y el más común de todos, cachueleando de aquí y allá…

-¡Eso es cierto!… ¡Pero, que mas pasó!… ¡cuéntame!- dije.

-Óyeme… quién es el periodista, tú o yo… ja, ja, ja- respondió -Hice muchas practicas pre profesionales en varios canales de televisión… (…)… ¿Recuerdas cuando éramos chibolos y terminamos de estudiar Comunicación Audiovisual en la Charles Chaplin?… ¿Cuántos años teníamos?… ¿Quince?...

-Tú quince… Yo dieciocho- respondí.

-Claro… (…)… Luego nos llamaron del canal nueve para hacer unas ediciones en el programa de Mónica Zevallos... ¿Lo recuerdas?...

-Claro que sí, como voy a olvidarlo… Una muy bonita experiencia al lado de todas esas cámaras, monitores, switchs, lo cordiales que eran las personas que nos ayudaban dándonos consejos… los más viejos zorros… Me hubiese gustado quedarme; pero, mis viejos no estaban de acuerdo que estudie esa carrera por ser técnica… pero lo hice a escondidas… Además, fue ahí que encontraste tu vocación, un tanto desquiciada, pero lo encontraste… Tenías esa luz en los ojos, reflejo de que te encantaba esa huevada… bueno, a mí también me gustaba la cochinadita… tú lo sabes bien…

-Sí, pero los ojos no se me llenaban de luz, sino se me llenaban de brillo…

-Luz… brillo… es la misma huevada… igual te gustaba…

-¿Disculpe señorita, desea pedir algo?- interrumpió la mesera.

-Ay, vaya… no sé… tal vez un juguito de papaya… pero sin azúcar- respondió.

-¿Algo más?...

-¡No!… No gracias… eso sería todo lo que quiero amiguita…

La mesera nuevamente tomo su cuadernito y apuntó el pedido de Maricarmen.

-Que amable la niña…

-Así somos todos acá… los selváticos somos muy amables con todos…

-Especialmente tu mi Educito lindo… (…)… Recuerdo lo muy amable que eras en Lima para con todas las chicas…

-Era, monga… era… tiempo pasado…

-Por eso mismo digo, sonsonazo… “eras”… (…)… aunque pensándolo bien, sigues siendo un sonsonazo y un mongo- dijo Maricarmen entre risas.

-Lo admito… soy un tonto, iluso, sonsonazo y mongo- respondí sonriendo.

-Oye mongo, y tú qué hiciste por la vida… cuéntame- preguntó Maricarmen.

-Bueno… yo hice algo de algo por aquí y algo de algo por allá- respondí.

-Lo último que supe de ti, era que trabajabas en una cervecería…

-Uf flaca… estás hablando de hace cinco años, si mi memoria no me falla…

-Cuéntame qué tal te fue ahí…

-Pues comencé como practicante en el departamento de recursos humanos en el área de capacitación y proyectos, conjuntamente con bienestar social y así estuve por casi dos años… hasta que tuve otras propuestas un poco más interesantes… Luego trabajé de forma independiente por ahí y otras por allá… seguidamente me ocupé en una empresa dedicada a las maderas como jefe de almacén por casi dos años… (…)… Ahora estoy trabajando como jefe del área de informática en una municipalidad…

-Por lo visto tuviste una vida muy ajetreada… hiciste más cosas que yo…

-¡Algo de algo!- respondí.

-Creo que tienes pedacitos de algo que contarme…

-Ja, ja, ja… suena gracioso eso de “pedacitos de algo”…

-Sí, muy gracioso… (…)…

Ambos quedamos mirándonos dibujando una sonrisa en los labios, añorando los tiempos pasados.

-¡Señorita, acá tiene su jugo de papaya sin azúcar!- dijo la mesera.

-¡Que amable!… ¡Gracias!- respondió Maricarmen.

-¿Desea pedir algo más?- preguntó la mesera con el cuadernito en la mano dispuesta a escribir lo más rápido posible la orden pronunciada por los clientes.

-¡No amiguita, eso es todo!… ¡no quiero engordar!- respondió.

-¡Carajo, no vas a engordar por comer un poquito más en este día!- dije.

-¡Oye!… no vine a Pucallpa para engordar… vine por el proyecto que tengo… (…)… Te lo conté… no te hagas el mongo…

-Sí, lo sé… pero explícamelo mejor ahora que estamos frente a frente… tu sabes que por la huevada del messenger no podemos expresarnos bien…

-Te pasas… pero bueno, tienes razón… no hay mejor explicación que estando los dos frente a frente… (…)… Como bien sabes, tengo en mente escribir un libro, biográfico… al principio quería hacer el mío… pero, mi vida no es del todo excitante… en cambio la tuya está llena de anécdotas, divertidas, excitantes, cómicas…

-¿Quieres decir que mi vida es un chiste?- respondí con una sonrisa cínica en los labios.

-¡No tonto!… quiero hacer un libro mediante tus historias… mediante tus vivencias… pero, para ello necesito que tú me cuentes tu vida a groso modo…

-¡O sea, quieres lucrarte con mi vida!- dije nuevamente con la sonrisa fresca.

-¡No sonso!… quiero…

-Lo sé, Marita, lo sé… solo te estaba jugando una broma- interrumpí -Pero, mi vida no es del todo fascinante ni excéntrica… al contrario, es algunas veces aburrida y sin gracia…

-No todo es perfecto Educito… para ello agregaremos el toque de imaginación para que tus relatos no sean del todo aburridas según tú… eso déjamelo a mí… además, nadie sabrá en realidad quien eres… ya que no pondré tu verdadero nombre ni mucho menos tus apellidos…

-Ese es el lado oscuro de un escritor… que juega con las vidas ajenas cambiando algunas cosas a su criterio… (…)… pero, me gusta…

-No me salgas con eso de criticar a los escritores, porque tú también hiciste algo parecido hace mucho tiempo… o no…

-¡Es cierto!… por eso digo que me gusta- respondí -Y… cambiando de tema…. ¿Donde estas hospedada?…

-En un hotel que lleva el nombre de un pajarito… un ave…

-Ja, ja, ja… no me digas que estas en Los Gavilanes…

-¡Sí!… ¡ahí mismo!…

-Bueno, es un bonito lugar donde puedes llevar a una amiga a pasarla bien…

-O sea… ¿Un matadero?...

-Pero, no cualquier matadero… es un matadero ficho- respondí con el cinismo dibujado en el rostro.

-Lo debes de conocer muy bien, por lo que veo…

-No tanto… si lo conozco, pero no como tú crees…

-Si tú lo dices… (…)… que te parece si terminamos nuestras cojudecitas alimenticias y nos vamos al hotel…

-¡Ok!- respondí.

Al cabo de un momento terminamos nuestros respectivos pedidos y llamé a la mesera para pedir la cuenta.

-¿Cuánto te debo?- pregunté.

-Déjeme ver un momento… (…)… Son trece soles- respondió la mesera.

-¡A la mierda!… ¿Trece soles por jugar a la comidita?- dijo Maricarmen.

-¡Sí!- dije dando el efectivo a la señorita empleada de aquella cafetería.

-¿Quieres impresionarme?...

-¡Sí!… ¿Lo logré?...

-¡No!- respondió Maricarmen con una sonrisa.

-Bueno mongaza, vámonos al telo…

-¡Oye!… que feo sonó eso… me hiciste sentir como un putita barata…

-¡No pensarás cobrarme!- dije con una media sonrisa dibujada en los labios.

-¡Idiota!- respondió Maricarmen con la misma sonrisa.

-¿Pudiste llegar fácil a este lugar?- pregunté.

-Más o menos… pregunté al chico del mototaxi, motocar, taxicholo o como se llame, donde quedaba la cafetería Renzo… al principio no sabía donde quedaba… por eso me cobró diez soles… justo, creo yo…

-¡Monga!… el hijo de puta te estafó… todos los mototaxistas conocen esta cafetería, y como máximo te deberían de haber cobrado tres lucas desde el hotel hasta acá…

-¡Bueno, ya fue!- respondió Maricarmen.

-Claro, como te cagas en plata…

-No es eso Educito… en todas partes suceden ese tipo de cosas… siempre hay una primera vez para todo… ¿o no?…

-Cierto monga… muy cierto…

-¡Tomemos otro taxicholo para irnos al hotel!- dijo Maricarmen.

-No te preocupes… vamos en mi moto- dije.

-¡Ay no!… ¡me dan miedo las motocicletas!… ¡mucho más si son pisteras!…

-¡No seas cojuda y súbete nomas!… ¡además la mía no es pistera!… ¡es semipistera, que es diferente!…

-¡Ay Edú!- dijo Maricarmen subiendo temerosamente a la motocicleta -¡Maneja bonito please!…

-¡Maricona!…

-¡Sí!… ¡lo soy!…

Conduje la motocicleta por las principales calles del lugar para hacerle conocer la ciudad en su primera vista, siempre a una velocidad moderada ya que no quería cometer ninguna infracción, ni mucho menos ganarme una papeleta de transito. Pero, ella no entendía que estábamos circulando a una velocidad baja y se aferraba mas a mí, abrazándome fuertemente.

Al llegar a la carretera doble vía con rumbo al hospedaje, aceleré un poco más la motocicleta, creando en Maricarmen un susto total.

-¡Carajo Eduardo, no manejes tan rápido que me hago la pila!- dijo gritando.

-Bueno, no te me cagues de miedito… bajaré un poco la velocidad…

Al llegar al hospedaje, Maricarmen dio un brinco y suspiró largamente -¡Te juro que nunca más subo a una puta motocicleta… ahora tendré que cambiarme de calzón, ya que me hiciste orinar de miedo!…

-¡Exagerada!- respondí.

-Ya mongo, acompáñame a mi habitación y luego charlaremos mejor…

Observé a aquel hospedaje y sonreí con cierta nostalgia e ingresé junto a Maricarmen.

-Hola amigo… ¿Me das las llaves de mi habitación?... ¡La 203!- dijo Maricarmen al recepcionista.

-¡Acá tiene señorita!- dijo aquel personaje -¡Señor Eduardo!… ¿Cómo está?… De mucho tiempo se deja ver por estos lares…

-¡Hola amiguito!… ¿Cómo estás?… Pero, no me hagas mucho roche…

-¡Ah!… ¡disculpe usted!- dijo el recepcionista avergonzado.

-¡No que no eras cliente de este local, y bien que los empleados te conocen hasta por el nombre!- dijo Maricarmen.

-No es eso… si no que cuando hago trabajos con empresarios de Lima tengo que hacer las reservas respectivas de las habitaciones en este lugar…

-¿Y porque acá?- preguntó Maricarmen.

-Porque está más cerca a mi casa… En cambio los demás hoteles u hospedajes se encuentran en el centro de la ciudad… Además, porque es acogedora y agradable…

-Claro, y además pueden traer caletamente a sus trampas…

-Somos humanos… y pecamos de vez en cuando- dije con una media sonrisa.

Al llegar a la habitación 203, Maricarmen se dispuso a introducir la llave para abrir la puerta, cuando de pronto se abrió la puerta de la habitación continua, saliendo de ahí un hombre gordo de mediana estatura y avanzada edad, junto a él una mujer joven y atractiva. Todo hubiese estado bien, a no ser que la mujer atractiva no haya sido la esposa de un amigo mío.

-¡Hola Mariana!- dije sarcásticamente, como quien decir “te ampayé”.

-Edú… hola- dijo avergonzada y salió detrás del sujeto viejo.

-¿La conoces?- me preguntó Maricarmen.

-¡No!- respondí -¡Es una psíquica que me leyó la mente para saber mi nombre!… ¡mongaza!… ¡Claro que la conozco!…

-No será una de tus hembritas… ¿o sí?...

-La mía no… pero, si la esposa de un amigo mío…

-¡Mierda!… me está gustando esta ciudad- dijo entusiasmada.

-Es mejor que pasemos a tu habitación… no quisiera encontrarme con otra cara conocida…

Al ingresar a la habitación, me senté sobre la cama mientras Maricarmen buscaba entre sus pertenencias algo importante.

-¿Que es lo que buscas mi querida mongaza?- pregunté.

-¡Busco mi calzón!- dijo avergonzada.

-Ja, ja, ja…

-¡No te rías carajo!…

-¿Era cierto que te orinaste en el calzón?...

-¿No me creíste?...

-¡No!… pensé que era una joda tuya… una exageración como tantas…

-No papito, si yo digo algo es porque realmente me pasó… (…)… Ah… ya encontré uno… voy al baño a cambiarme- dijo Maricarmen sacando la lengua en tono juguetón.

-Que falta de confianza mi querida monga…

-¡Si quieres ver cómo me quito el calzón, tendrás que hacer meritos papito!- dijo desde el baño.

Agarré el control remoto que estaba al costado de la cama en una mesita de noche junto a unas flores artificiales para decorar la habitación y encendí el televisor.

-¡Al menos tienes unas cuantas comodidades!- dije.

-Tengo aire acondicionado… friobar… televisión por cable, DVD… creo que está bien- dijo Maricarmen aun en el baño -Mongo… hazme un favor…

-Dime…

-En mi maleta tengo un short de jean y una blusa blanca con la imagen de Betty Boop… puedes pasármelo, que quiero cambiarme de ropa…

-Oye, ¿te orinaste… o te cagaste?- dije sonriendo.

-¡No idiota!… lo que sucede es que me siento rendida… alucina que hoy llegué por la madrugada de frente al hotel y luego fui a Yarinacocha a conocer un poco… solo un poco, ya que desde mañana tú serás mi guía oficial de turismo… Luego, entre al mercado del mismo Yarina a comer algo exótico… pero, no encontré nada… (…)… en realidad, si encontré algo que comer, pero me dio un poco de asco de ver la forma de cómo te sirven… después, regresé al hotel a almorzar y luego fui a buscarte… así que, como ya sabrás, me estoy cagando de sueño…

CONTINUARÁ...

PARTE 02

-¡Turista aburrida!- dije buscando entre las cosas de Maricarmen.

-Tú sabes que soy un poquito amante de la cama… en el buen sentido de la palabra…

-Nadie dijo lo contrario…

-Sí, pero conozco tus pensamientos mi querido mongo… (…)… Además, tengo para estar acá dos semanas… tiempo justo para conocer los principales atractivos de esta ciudad y para tener material para el libro… ¿sí o no?...

-Puede ser… (…)… Abre la puerta del baño, que ya encontré la ropa que me pediste…

-¡Gracias monguito!- dijo Maricarmen abriendo la puerta del baño mirándome a los ojos mientras sonreía.

-Oye… ¿y estás con alguien?...

-¡No!- respondí.

-¿No?... ¡No jodas!…

-No, no estoy con nadie vinculado sentimentalmente… por ahora…

-Ah, o sea tienes planes de estar con alguien…

-Puede que sí… puede que no… (…)… No quiero obligar al tiempo a decidir algo…

-¡Me parece bien!- dijo Maricarmen saliendo del baño con la ropa que le había proporcionado.

-¿Y tú… tienes enamorado o algo parecido?…

-(…)… Tengo enamorado… se llama Christopher… Christopher Johansson… llevo con él seis años y picos… (…)… Nos va bien, siempre con algunas peleítas, como es normal en las parejas, siempre arreglando las diferencias y tratando de no volverlas a cometer… pero ahí está lo bonito… creo… (…)… el próximo mes irá a casa a pedir oficialmente mi mano… pensamos casarnos para quincena de diciembre…

-¡Qué bonito!…. (…)… ¿lo amas?- pregunté.

-¡No me hagas esa pregunta Edú!- respondió.

-Para casarte con él, tienes que amarlo…

-¡¿Entonces, si lo sabes para que preguntas?!…

-¡Quiero escucharlo de tu boca!…

-(…)… Creo que… para yo haber aceptado casarme con el… tengo que amarlo… ¿no te parece?...

-¿Y porque titubeas?… ¿Por qué tiemblas al decírmelo?…

-¡Carajo… no me hagas dudar de mí!- dijo sonriendo.

-¡Ah!… ¡entonces no lo amas!…

-¡Sí!… lo amo… (…)… pero… no como a ti… (…)… Lo que pasamos nosotros, creo que nunca más se repetirá… al menos en mi vida… y a pesar del corto tiempo que estuvimos como enamorados… fuimos más amigos que pareja… Pero te amaba desde entonces… (…)… Y, ya dejemos de hablar huevadas…

-Lo nuestro no fue ninguna huevada…

-Lo sé Edú… es que… no quiero tocar ese tema… ¿Sí?- dijo Maricarmen.

-Está bien monguita… lo dejaremos ahí…

Maricarmen se sentó en la cama a mi lado jugando con el control remoto del televisor, haciendo zapping por todos los canales del cable.

-¡Ay!… son las misma huevadas de la semana pasada… ¿Te diste cuenta que durante dos semanas repiten las mismas películas en el cable?...

-¡Sí!… pero, que mas podemos hacer… a menos que quieras comprar películas piratas de estreno…

-Ni cagando… la gran mayoría de ellas son copia de la copia de las copias… digamos un 99% de ellas…

-¡Muy cierto!- dije -¡Oye!… ¿Qué hora es?...

-Déjame ver… (…)…son las siete y quince… me acompañas a cenar… yo invito…

-No seas tan cruel… deja que yo te invite- dije.

-No seas tan cruel, no busques mas pretextos- respondió cantando -Se nota que sigues siendo fanático de Soda Stereo…

-Ja, ja, ja… eso nadie me lo podrá quitar…

-Bueno Sodamaníaco, vamos al restaurant a comer algo…

-¡Pero, yo pago!- dije.

-Deja de ser machista… ya esas épocas quedaron en el siglo pasado… ahora nosotras también tenemos nuestro dinero en las carteras…

Salimos de la habitación y nos dirigimos al restaurant del mismo hotel en una parsimoniosa y silenciosa caminata por los pasadizos de aquel segundo piso.

-¡Pide nomas sin recelo!- dijo Maricarmen, mientras el camarero se acercaba a pedir la orden.

-¡Lo que tú pidas también será lo mío!- respondí.

-Mmm… eso es trampa- respondió Maricarmen -Mejor hagamos algo más bonito…

-¡No me digas que sacarás la monedita para decidir quien pide la comida!- dije mientras el camarero estaba parado al costado de la mesa.

-¡Sí!… ¿lo recuerdas?- respondió Maricarmen, mientras el camarero nos observada acojudado esperando que hagamos un pedido.

-Disculpen… si gustan regreso en un instante mientras deciden que pedir- dijo aquel camarero en un tono amable.

-¡No hace falta amigo!- dijo Maricarmen -¡Esto se soluciona en un segundo!…

Maricarmen sacó una moneda de un sol, la puso sobre la mesa y dijo -¡Cara o sello!…

-¡Escudo!- respondí.

-O sea… ¡sello!- dijo Maricarmen mientras tomaba la monedita y dio un tirón para hacerle dar vueltas sobre su eje ante la mirada tonta, cojuda y estúpida del camarero.

-¡Cara!- dije -Tu pides…

-¡Tramposo!…

-¡Suertudo!… ¡que es muy distinto!- respondí.

Maricarmen tomó la carta del menú y comenzó a leer los distintos platos selváticos que contenía.

-Bueno… entonces… pediré… mmm… no sé… ay… no lo sé… hay tantas cosas tan ricas que no me decido- dijo Maricarmen mirando inocentemente al camarero cojudo que nos acompañaba.

-¿Puedo recomendarle algo?- propuso el camarero.

-¡No!- respondió -¡Déjame castigarme por mi misma!…

Aquel camarero dio un pequeño suspiro y aguardó mostrando una sonrisa.

-Ay… creo que pediremos solo un par de cafés…

El camarero saco de su mandil un cuadernito de apuntes y anotó el pedido para luego retirarse.

-Oye carajito, eres una mierda… lo tuviste parado por un buen momento mientras decidías que pedir… al menos hubieras pedido otra cosa más…

-Ay Edú… tú sabes que no como en las noches… pero, estas comidas de nombres tan sugerentes son tan… provocativas de querer probarlas que… fácil caigo en la tentación de romper mi dieta…

-Esa es la comida de la selva… atractiva, sugerente, deliciosa…

-¡De la selva su comida!- dijo Maricarmen tratando de imitar el dejo selvático.

Al poco rato en camarero trajo las dos tazas de café.

-¡Acá tiene su pedido señorita!…

-¡Gracias amiguito!… ¡No te molestaste!… ¿o sí?- preguntó Maricarmen.

-¿Porque he de hacerlo?- respondió aquel mesero.

-Por haberte hecho esperar por mucho tiempo mientras decidía que pedir…

-No se preocupe señorita… ese es nuestro trabajo… que el cliente se sienta a gusto con nosotros- respondió.

-¿Cuál es su nombre?...

-¡Me llamo Miguel, para servirle!- respondió.

-¡Gracias Miguel!- dijo Maricarmen.

Luego en camarero dio media vuelta y se dirigió a atender la mesa siguiente. Tomamos el café en silencio mientras el clima caluroso iba cambiando repentinamente a frio.

-Bueno Marita, es hora de retirarme… tal parece que se aproxima una lluvia- dije.

-¿Y tú como lo sabes?… ¿acaso eres el meteorólogo oficial de Pucallpa?...

-¡No!… pero, cuando me pica el culo es señal de que caerá una llovizna- respondí.

-¡Grosero!… ¡Cómo me vas a decir eso!… ¡qué asco!… ¡cochino, asqueroso!… y demás sinónimos existentes…

-Lo que sea… es hora de irme… (…)… mañana vendré a sacarte de tu prisión e iremos a conocer algunos lugares atractivos…

-¡Perfecto!… entonces mañana comenzaremos también con mi trabajo… y no me digas que no…

-Me las sacaras a cucharadas… recuerda que no soy muy bueno para expresarme, ni mucho menos para contar mis cosas…

-¡Lo sé Educito!… ¡lo sé!- respondió Maricarmen.

-Ya es hora… (…)… Hasta mañana monga…

-(…)… Hasta mañana mongo…

A la mañana siguiente, llegué puntual al hotel donde se encontraba hospedada Maricarmen -¡Buenos días!- saludé a la recepcionista que se encontraba en aquel turno matutino-¿Puede avisar a la señorita Maricarmen Mendoza que la estoy esperando acá en la recepción?...

-Como no… ¿Cuál es su nombre por favor?- me preguntó.

-Claro… que tonto… mi nombre es Eduardo Suarez…

-En un instante le comunico… tome asiento por favor…

Me senté en un mueble ubicado en la sala de recepción de aquel hotel y agarré una revista de variedades para pasar el momento.

-Señor Suarez, en unos instantes la señorita Mendoza estará bajando de su habitación- dijo aquella muchacha.

-¡Gracias corazón!- respondí.

Seguí leyendo la revista que había agarrado y al poco tiempo llegué a la última página. Me levanté y agarré otra revista, la cual nuevamente, al poco rato culminé de leerla. Luego otra revista más, pero esta vez solo para mirar las fotografías de la parte social, ya estaba cansado de leer demasiado. Al culminar la sexta y última revista que tenían en la mesita de centro de la sala de espera apareció Maricarmen.

-¡Hola Edú!- me saludo cariñosamente.

-¡Hola Marita!… por lo visto sigues con las mismas manías de siempre…

-¡Cómo es eso!… ¡a que te refieres!- respondió.

-Me refiero al hacer esperar a tus visitas por más de media hora mientras te arreglas…

-Ja, ja, ja… Sí… es un defecto que hasta ahora no puedo evitarlo… pero, algún día Educito… algún día…

-Bueno… ¿a dónde deseas ir?- pregunté.

-¡No lo sé!… ¡tú eres mi guía!… ¡sorpréndeme!- respondió Maricarmen -Pero, OJO... No subiré a tu puta moto…

-¡No jodas!… ¡tendrás que aguantar!…

-Eduardo, no fastidies… sabes que me dan pánico las motos…

-No te preocupes monga, que manejaré como nunca antes lo hice… bien suavecito y bien rico…

-Mmm… como me gusta- respondió Maricarmen con cierta picardía.

-Ja, ja, ja… sí… pero, no me refería a eso…

-Ni yo tampoco Educito… allá tu con tu mente mañosa…

-Ya… dejemos las mañoserías a un lado y vayamos a conocer algunos sitios- dije.

-Pero maneja bonito… ¿sí?...

-Desde luego monga…

-¡Que te parece si comenzamos nuestro recorrido por la laguna de Yarinacocha!- propuse.

-¡Me parece una muy buena idea!- respondió Maricarmen -Pero, primero lo primero…

-¡A que te refieres!- pregunté.

-¡Me muero de ganas por comer algo típico de la selva!…

-Ja, ja, ja… romperás la dieta…

-¡Carajo!… no hay nada que unos buenos aeróbicos para quitar unos rollitos de encima… Así que, vamos a comer algo rico…

-Entonces vayamos a la laguna de Yarinacocha… ahí hay muchos lugares donde uno puede degustar de las variedades gastronómicas de esta región… te sorprenderás por la diversidad de platos que encontraras… no obstante habrán algunos que te causaran una muy gran impresión por los ingredientes que utilizan…

-Papito, soy periodista… y a mi nada me sorprende- respondió.

-Ok, vayamos…

Subimos a la motocicleta y tomamos la ruta hacia el puerto turístico de Yarinacocha, mientras los rayos del implacable sol acariciaban el cuerpo blanco y pálido de Maricarmen.

-¡Sol de mierda!… (…)… ¡Oye Edú!…

-¡Dime monga!…

-¡Fallaste!…

-No entiendo…

-Dijiste que anoche iba a llover… y no cayó ni una puta gota de lluvia… (…)… Tu culito falló esta vez- dijo Maricarmen sonriendo.

-Ja, ja, ja… muy cierto…

Al llegar a la rivera del puerto principal de Yarinacocha estacionamos la motocicleta al lado de una caseta de información turística.

-¡Amiguito, te pido un favor inmenso!- dije a una persona de estatura mediana de aproximadamente cuarentaicinco años de edad, vestida con uniforme de seguridad que custodiaba dicho lugar.

-¿Dígame amigo, en que lo puedo ayudar?- respondió aquel sujeto de apariencia bonachona.

-¡Quisiera dejar mi moto acá!… ¡y de paso le das una miradita de vez en cuando!…

-¡Pucha amigo!… ¡está prohibido estacionar las motos en este lugar!…

-Sí, pero… si lo dejo en otro lugar, fácil que se me la pelan, y ahí si la cagada…

-No amigo… está prohibido… si no con mucho gusto- dijo firmemente aquel custodio.

-(¡Indio de mierda!)- dije en mi mente mientras lo miraba fijamente a los ojos y mostrando una sonrisa.

-¡Déjame convencerlo mi amor!- me dijo Maricarmen mientras tomaba del brazo a la persona de seguridad y se lo llevaba hacia un costado de la caseta de información.

Al poco rato de tener una conversación muy privada y breve con el custodio intachable e incorruptible de la ley y el orden, Maricarmen dijo -¡Ya está, solucionado!… ¿nos vamos?...

Observé al personaje pictórico del orden, lo mas acojudado posible, sin saber lo que había ocurrido.

-¡Vayan nomas jóvenes!… ¡no se preocupen de nada!- dijo aquel personaje de seguridad.

-¿Que chucha fue lo que le dijiste?- pregunté totalmente desconcertado y ahuevado.

-¡Nada importante!… ¡simplemente lo convencí en el lenguaje universal del hombre!- respondió.

-(…)… ¿Sexo?...

-¡No idiota!… Le ofrecí dinero al tipo ese…

-¡Indio de mierda!…

-¡Oye!… ¡no seas tan despectivo para hablar así de esa persona!… ¡todos tenemos necesidades!… y como la situación está tan jodida, de algo tenemos que sacar provecho…

-¡No lo decía por él!... si no por mí, por no haber pensado en eso del dinero…

-Je, je… bueno… sigamos caminando- propuso Maricarmen.

Al continuar con el recorrido por el puerto principal de aquel balneario, llegamos hasta la zona de comidas típicas, mezclándose entre ellas los ambulantes nativos vendiendo collares, pulseras y demás artesanías, además de los ya particulares restaurantes turísticos con numerosos platos a la carta.

-¡Uau, que es esto!- preguntó Maricarmen al observar un plato regional en uno de los puestos ambulantes de comidas típicas.

-¡Se llama Patarashca!- respondí -¡Esta hecho de pescado envuelto en hojas de bijao, similares a las hojas de plátano, que se usan especialmente para envolver alimentos (como este) y es asado al carbón!…

-Mmm… se ve agradable… y este otro, cómo se llama…

-Este se llama… (…)…

-¡Inchicapi!- respondió la vendedora, dueña de la mesa ambulante donde se encontraban -Es una sopa preparada con gallina, maní, culantro y yuca…

-¡Era exactamente lo que yo iba a decir!- respondí.

-¡Claro, chapulín colorado!- dijo Maricarmen mientras dibujada una sonrisa en sus labios.

-Este es el clásico y típico Juane de gallina, hecho a base de arroz, gallina, huevos, y aceitunas, todo esto mesclado y envuelto en hojas (también) de bijao, solo que se cocina durante un par de horas aproximadamente antes de comerla- dije.

-Carambas… veo que sabes de comida de la selva…

-Tenemos que saber de nuestra cultura gastronómica propia de nuestra región… además el juane es el plato bandera en la época de fiestas regionales como la de San Juan, que se realiza cada veinticuatro de junio… y en casa mi viejita los prepara de una manera riquísima, que si la pruebas no descansarías de comerlas…

-Mmm… probar para creer… (…)… y esto que parece ensalada, como se llama…

-¡Este es Picadillo de paiche!- dije mirando hacia la señora dueña de la mesa, para garantizar lo dicho -¿No es así señito?...

-¡Así es joven!- respondió aquella señora.

-De esta comida no estoy tan familiarizado, ya que no me gusta del todo… pero, está preparada a base de paiche seco y salado deshilachado, con cebolla, tomate y ají…

CONTINUARÁ...

PARTE 03

-¡Ah!… (…)… ¡Esto sí sé cómo se llama!- dijo enérgicamente -¡Es Tacacho con cecina!… lo sé porque es el plato más conocido en la selva…a parte del juane…

-¡Cierto!- respondí.

-¿Mongo, y esto como se llama?- preguntó Maricarmen apuntando hacia uno de los envases conteniendo un líquido espeso de color blanco.

-Esa es una bebida típica de la selva… ¿quieres probarla?- dije.

-¿A qué sabe?- preguntó Maricarmen.

-Pruébalo y sabrás…

-No será feo ¿no es así?...

-Oye… si tendría mal sabor no estaría puesto en la mesa… ¿no te parece?- respondí.

-¡Pruébalo tú primero!- dijo Maricarmen.

-No seas monga…

Maricarmen miró a los ojos de la señora vendedora sonriente -¿Esta rico?- preguntó.

-¡Sí, señorita!- dijo aquella vendedora.

-Entonces me sirve un poquito… solo para probar…

La mujer agarró un vaso de vidrio y sirvió un poco de aquella bebida y le dio a Maricarmen. Lo miró de arriba hacia abajo, acercó el vaso y lo olio. Y lo bebió.

-¡Está muy rico!- dijo entusiasmada.

-¡Prueba esta otra!- dije -¡No se preocupe señora, vamos a pagar por lo consumido!…

-¡Ya joven!- respondió la dueña.

-Sírvale un poco de esta otra bebida…

Nuevamente la señora agarró otro vaso de vidrio y sirvió un poco de otra bebida.

-¡Pruébalo monguita!- dije.

-¡Esta vez pruébalo tú primero!- respondió Maricarmen.

-Está bien… pero, solo un poco…

A agarré el vaso y absorbí un poco del líquido.

-¡Muy agradable!- dije al terminar -¡Ahora pruébalo y termínalo!…

Maricarmen cogió el vaso y dio un sorbo -Mmm… mucho más rico que la anterior- dijo dando otro sorbo más largo hasta acabarlo -¿Como se llama esta bebida?…

-Se llama Aguajina, y está hecha a base de una fruta regional de nombre aguaje, por eso el nombre de aguajina…

-¿Y lo anterior como se llamaba?- preguntó.

-Se llama Masato… y es una bebida hecha a base de yuca cocida y fermentada…

-Ah…estaba rica de todas maneras- respondió un tanto confundida.

-¿Por qué esa cara?- pregunté.

-No, nada… luego te diré- respondió -Sigamos caminando…

-Conozco un bonito lugar, acá en Yarina, donde podemos ir a visitar y comenzar a hacer tu trabajo- propuse.

-¿Y dónde queda?...

-Cerca… muy cerca- respondí.

El lago de Yarinacocha tenía lo que Maricarmen buscaba encontrar en la selva, un puerto simpático, unas aguas tranquilas, unos restaurantes flotantes con buenos platos regionales y por supuesto unas vistas paisajistas para fotografiar. Los domingos, como aquel día, se pueblan los bares de gente en busca de bebidas y diversión musical. Allí hay chicas bailando con prendas diminutas y moviéndose como si una gran pulga les picara el culo y no pudieran rascarse, pero que bien se veían.

Yarinacocha tenía mucho que ofrecer más allá de su balneario inquieto y juerguero, solo hacía falta buena compañía y un buen guía, pues lo cierto es que por allí había riesgo que te asalten en pleno lago o paseando por la cochas.

-¡Subamos a uno de estos botecitos!- dije.

-Que miedito… ¿no se puede voltear mientras estamos viajando?- preguntó Maricarmen.

-¡No se preocupe señorita!- dijo el motorista de aquella embarcación -¡Nunca tuve un accidente de ese tipo!…

-¡Siempre hay una primera vez para todo mi querido amigo!- respondió Maricarmen en tono suave.

-¿Adonde los llevo?- preguntó aquel sujeto.

-¡Llévanos a La Jungla!- indiqué.

-¡Que!… ¿acaso nos internaremos en la selva?- preguntó Maricarmen muy asustada haciendo gestos de de temor -¡Oye, no traje repelente ni ropa adecuada para ese tipo de emociones!…

-¡La Jungla es un albergue turístico de la familia Velarde que está a unos diez minutos de acá!… ¡el hijo del dueño es muy amigo mío!…

-¡Qué lindo!- dijo emocionada.

-Es allí, en medio del lago, donde se puede tener un buen encuentro con la selva pues puedes alimentarte con un chicharrón de lagarto (de crianza) o ver de cerca a la temible anaconda (mansa), pues también cuentan con un exótico restaurante y mini zoológico con variadas especies... (…)… Pero, la verdadera emoción está en recorrer los atractivos de este lago, como son sus playas, su pueblos como el de San Francisco, donde vive una gran comunidad de la etnia shipibo conibo… recorrer esas aguas y sorprenderse cuando algún veloz delfín emerge como para demostrarte que él es más rápido que tu bote… Y luego al atardecer, no hay nada más hermoso que ver morir la luz del día junto a una linda compañía, con ese azul del cielo y una paz que sólo se ve luego de un aguacero selvático… Belleza y paz se conjugan en un paraíso…

-¡Qué lindo Edú!… (…)… Sé que me encantará todo esto… y mucho mas estando a tu lado…

Al llegar al albergue, busqué al dueño del establecimiento y al encontrarlo le expliqué sobre el tema prioritario de Maricarmen, el cual muy amablemente accedió al pedido de pasar al tarde ahí, mientras iniciaban el proyecto.

-¿Quién era el señor gordito de bigotes?- preguntó Maricarmen.

-Es el señor Julio Velarde, dueño de “La Jungla”… ya hablé con él para poder quedarnos la tarde y avanzar con tu tema… luego saldremos antes del anochecer y nos dirigiremos al hotel para que descanses…

-¡Gracias Edú!… ¡no se qué haría sin ti!…

Sonreí ante aquel cumplido, no teniendo otra cosa más que decir.

-Bueno mí querido mongo… comencemos- propuso Maricarmen -Háblame de tu infancia…

-No jodas… así no es la cosa… Tú quieres escribir un libro o hacerme una terapia- respondí con una media sonrisa en los labios.

-Ja, ja, ja… eres un MONGO con mayúsculas… (…)… lo que quiero que me cuentes como fue tu niñez… tus amigos del barrio, de la escuela, del colegio… tu vida en casa… cosas así…

-Bien sapa eres ¿no?...

-¡Soy periodista!- respondió sonriente Maricarmen mientras sacaba del bolsillo de su pantalón un pequeño pero moderno reproductor de mp3 que también tenía la función de grabar conversaciones (como la gran mayoría de aquellos aparatitos) -Listo mongo... comienza con tu relato…

-Bueno… (…)… Comencemos por lo primero… (…)… Soy hijo de una familia modesta, de nivel económico medio, que vivía de pequeño en un barrio tranquilo por las mañanas y ligeramente temido por las noches…En aquellos tiempos (recuerdo) estaban de moda los pantalones del tipo de los que usaban los Soda Stereo en los años ochenta…

-¿De esos súper flojos?…

-Sí… esos mismo… y como Soda Stereo estaba en su más grande apogeo… pues, los inusuales seguidores de esta moda la adoptaron, integrando bandas de jóvenes criminales que se hacían llamar “Los bolsachos”… hacían de mi barrio una zona un tanto peligrosa… (…)… Yo vivía en casa de mi abuelito materno, un gran hombre al que quise con todo… aun lo recuerdo, y cuando lo hago mis ojos se humedecen porque lo veo tal como era siempre, el hombre culto, intachable, justo, renegón, consentidor de las travesuras de su nieto… siempre salía con él cada vez que iba a visitar a sus paisanos… él era Cajamarquino… y yo era su bastón, no por lo flaco, sino porque era su compañía en aquellas visitas largas y aburridas para mí; pero, para ellos no… yo no entendía eso… (…)… Ahora de adulto lo comprendo, que a esa edad, es difícil mantener, conservar a los verdaderos amigos… (…)… Pero ahí estaba, al costado de aquellos viejos amigos suyos, los paisanos como yo los llamaba, y ellos también a mi me decían paisanito (viejos cojudos, pero agradables)… ya todos ellos han muerto… pero aun queda en mi el recuerdo del aliento a cigarro fuerte que desprendían cada vez que conversaban estando cerca de mí… (…)… mi abuelito era el más culto de todos… no había ni una sola pregunta que él no respondiera… tenía todas las respuestas… y tenía un carácter de mierda cada vez que discutía con mi vieja, cuando mi padre hacia alguna locura y le decía que le llamaría fuertemente la atención, incluso hasta llegaría a botarlo de la casa si lo volviera a ver nuevamente ahí… (…)… mi mamá salía en defensa suyo y ahí se armaba la bronca entre mi abuelo y ella… No obstante mi abuelito decía -¡Ahora verá tu marido, lo voy a botar de mi casa cuando lo vea!-Temíamos por aquella amenaza impuesta por mi abuelito y tratábamos de ubicar a mi viejo antes de que llegue a la casa (en esos tiempos no habían los teléfonos celulares como los que hay ahora, que hasta el más indio tiene uno y moderno)… pero la sorpresa nos dábamos nosotros cuando encontrábamos a mi papá y a mi abuelito tomando el café juntos muy amablemente después de la discusión con mi mamá… de alguna forma mi abuelito pasaba por alto algunas cosas… aunque es común (por decirlo de alguna forma, sin justificar las acciones) que a todos los varones nos agarra la locura en una cierta edad, y hacemos huevadas sin quererlas; pero las cometemos…

Maricarmen me observaba atenta apoyando el codo sobre la mesa y colocando su mano en la barbilla, mientras el moderno aparatito de bolsillo seguía grabando cada palabra que (yo) iba diciendo.

-Amigos… no tuve, al menos en mi barrio… no era un niño tan social (digamos)… prefería vivir creando amigos imaginarios, fantasiosos… o dando vida a mis juguetes… muchas veces (en la escuela) convencía a mis compañeros de aula, que yo tenía un hermano gemelo, que a la vez era invisible y otras no… (…)… Los muy ingenuos creían lo que les contaba, porque lo hacía de una forma tan convincente que, a veces, hasta yo me la creía… (…)… En la escuela tuve muy pocos amigos… de esos tiempos solo conservo uno en especial, que hasta ahora estamos en contacto de vez en cuando, pero mantenemos la amistad… él se llama Miguel Salas, vive en Brasil, y muy rara vez viene al Perú… de aquellas épocas, es el único al que rescato… los demás desaparecieron de mi mapa… (…)… Recuerdo (también), que en la época de primer y segundo grado de primaria, y creo que hasta tercero (si mi memoria no me falla), estuve enamoradito de una compañerita mía… su nombre era Tatiana Inuma… (…)… me gustaba tanto aquella niña, que hasta agarraba los aretes y sortijas del joyero de mi mamá, para poder obsequiárselos a ella… fue mi primer amor platónico que tuve, ya que nunca le dije que me gustaba… tenía en aquella época entre seis y ocho años (no recuerdo muy bien)… me gustaba la forma como era, con su peinado peculiar que ninguna de las demás niñas lo tenía… usaba un peinado en forma de pelotitas en cada lado de la cabecita… como cuernitos en forma de pelotas… (…)… Cierta vez, llegue a regalarle una sortija de mi mamá muy valiosa (lo peor de todo era que yo nunca le entregaba personalmente los obsequios, sino que hacía que otro compañero lo haga por mí)… mi madre se dio cuenta cuando quiso ponerse dicha joya… Cuando me preguntó si lo había visto, dije en una respuesta firme (pero delatadora) que no… pero también tenía un compañero de aula (de boca floja) que me delataba ante cada suceso, y fue él quien dijo que la sortija lo tenía Tatianita… (…)… Como dueña original de la joya, fue conmigo voluntariamente (jalándome de uno de mis brazos) a recuperar dicha aro, dándonos con la sorpresa que al llegar a la casa de mi ilusión infantil, que la joya estaba en uno de los dedos de la mamá de la niña… que luego de una graciosa y vergonzosa explicación tuvo que devolvérselo a su legitima dueña (mi madre)… Todo en mi vocabulario era Tatiana… (…)… si mis padres me comparaban algo, tenía que llevar su nombre… cuando me compraron una gallinita para crianza, le puse de nombre “Tatiana” la polla… cuando mis abuelos paternos me dieron de obsequio una vaquita, (también) le puse de nombre “Tatiana” la vaca… todo estaba bonito a no ser por el apellido de la mencionada infanta, ya que no era del agrado maternal… pero, en mi inocencia, defendía aquella orden de olvidarme de ella diciendo que “el apellido no hace a la gente”… (…)… Pero, como toda ilusión pasa, esta pasó, sin pena ni gloria… Tatianita quedó en el recuerdo y tal vez casi olvidada…

-¡Disculpen!- interrumpió el personal de atención de aquel albergue -¿Desean pedir algo para comer?...

-Huy… mira… que rápido pasa el tiempo… dentro de poco serán las 3 de la tarde- dijo Maricarmen.

-Con razón el estomago estaba hablando a todos los miembros de mi cuerpo que se estaba cagando de hambre- dije.

-¡Tráenos la carta por favor amigo!- dijo Maricarmen.

-¡Acá la tiene!- dijo el mozo sacando la carta del menú de su delantal y quedándose al costado de ellos para apuntar el pedido respectivo.

-¡Que me recomiendas!- preguntó Maricarmen a aquel muchacho.

-Todos los platos son muy exquisitos… el que usted pida será de su agrado- respondió el mesero.

-Mmm… entonces, quisiera… un… ¡Chicharrón de lagarto con patacones!- dijo muy convencida.

-¡Y usted amigo!- me preguntó.

-¡Lo mismo, pero con tacacho!- respondí.

-Como no… en unos minutos les traigo sus respectivos pedidos- dijo el mesero apuntando en un papel mientras se retiraba hacia la cocina de aquel lugar.

-Me encanta la atención de la selva… las personas son muy amables…

-Es muy cierto mi querida monga…

-Oye… pero continúa contando tu historia… (…)… Yo hecha una sonsa aun con el mp3 encendido…

-Que te parece si continuamos después del almuerzo… (…)… no querrás concluir tu proyecto en un solo día… ¿o sí?…

-¡No!- respondió.

-¡Disculpen nuevamente!- interrumpió el mesero trayendo una jarra de refresco súper helado -¡Esta jarra de refresco de cocona es cortesía de la casa!…

-¡Ay!… ¡gracias amiguito!- dijo Maricarmen.

-¡Gracias!- respondí también -¡Agradécele al señor Velarde de mi parte!…

-¡Cómo no!- respondió aquel empleado.

Maricarmen tomó el grabador digital y lo apagó. Mientras (yo) servía el refresco de cocona en los vasos que aquel mozo había traído.

-Sírvete monguita… es refresco de cocona…

-¿Que es cocona?- me preguntó.

-La cocona es una fruta cítrica tropical oriunda de la amazonia… con esa fruta se pueden hacer comidas, ensaladas, salsas, refrescos como el que vas a probar ahora… y muchas cosas más… (…)… Ahora, bebe lo que te serví…

-¡Ok!- respondió sin pensarlo dos veces -(…)… hmmm… está muy rico… me gusta mucho… (…)… creo que también me estoy enamorando de la comida y bebida de la selva…

-Como que “también”…

-No, nada… no me hagas caso monguito…

Sonreí ante el nerviosismo de Maricarmen.

-Oye, cambiando de tema… y que sabes de Isabella… ¿Aun sigues templadazo de ella?- preguntó Maricarmen.

-Le tengo un cariño especial, ya que ella fue mi primer gran amor… pero, solo es eso, un cariño especial… (…)… con ella aprendí lo que es amar con todas la letras existentes… nunca pensé enamorarme así de esa chibola… todo había comenzado como un juego… una apuesta… un reto… yo tenía una enamorada en esos tiempos, Carmen, tenía un año menos que yo… en cambio Isabelita era seis años menor… y yo tenía diecinueve años… (…)… qué tiempos aquellos… recuerdos…

-Y estuviste cagado un buen tiempo luego que terminaron… ¿no es así?...

-Ambos monga… ambos… (…)… Pero, esa historia te contaré más adelante…

-Desde luego… ya que no estoy grabando nada de esto…

Ambos sonreímos mientras seguíamos bebiendo aquel refresco de cocona bien heladito.

Al poco tiempo, el mesero de acercaba a la mesa donde nos encontrábamos, llevando en una fuente grande los pedidos hechos por nosotros.

-¡Chicharrón de lagarto con patacones!- dijo el mozo.

-¡Es mío!- respondió Maricarmen.

Seguidamente puso el otro plato a mi lado (como tenía que ser), mientras colocaba los cubiertos al costado de los platos servidos.

-Bueno… manos a la obra- propuso Maricarmen.

-Dientes al plato- respondí.

-¿Al plato?...

-Tengo tanta hambre que me comería hasta el plato mi querida monga…

Las risas se apoderaron de nosotros mientras comenzábamos a degustar de la comida y bebida servidas.

La tarde pasó en un abrir y cerrar de ojos, contándonos algunas anécdotas sin mucha importancia para nosotros. Ya en la noche, en el restaurante, Don Julio Velarde nos explicaba que esos motores que se oyen en la oscuridad del lago son los traficantes de madera ilegal que las llevan al puerto para comercializarlas previo "arreglos" con los encargados de velar por la ley y el orden. Los motores se oyen de cuando en cuando, durante toda la noche, y se vuelven una melodía monótona y fúnebre que nos recuerda que cada día se deforestan decenas de kilómetros cuadrados de nuestra selva sin que alguien haga lago efectivo para controlar esa situación.

Mejor era olvidar si se desea disfrutar a plenitud la magia de la Amazonía, sus comidas como el juane, o calmar la sed con un refresco de cocona, sentado bajo una sombra en esa balsa que a modo de piscina tiene dicho albergue. Ver esas aguas, la floresta al fondo y sentir la magnificencia de ese lugar, sentir que cada minuto debe ser aprovechado pues esa visión paradisiaca se acabaría pronto pues tenían que partir.

Antes de volver al hotel paseamos por la noche en esa plaza de armas de Yarinacocha, era encontrar la cara de un pueblo tranquilo, con sus árboles decorativos con figuras de animales, su heladería en la esquina que te vende una jarra de chicha morada que te refresca hasta el alma, y si eso no funcionaba, y era domingo, se podía ir a esa hermosa iglesia que está en la otra esquina y oír una homilía del padre en su misa nocturna contagiado del entusiasmo del sacerdote y agradecido con el Dios de la alegría por darte la oportunidad de conocer Yarinacocha, su gente linda y alegre, su laguna, su balneario y su encanto de pueblo chico que no se dejaría olvidar.

Al llegar al hotel donde se alojaba Maricarmen eran aproximadamente las nueve de la noche.

-¿Te acompaño a tu habitación?- pregunté.

-¡No es necesario monguito!- respondió -Sé cómo llegar…

-¡Puede que te ayude a cambiarte de ropita!- sostuve con una inocencia fingida.

-¡No es necesario lobo feroz disfrazado con piel de oveja!- respondió Maricarmen -¡Sé cuáles son tus intensiones!… ¡mañoso!…

-Yo no dije nada…

-No lo dijiste… pero, lo pensaste…

-Pues, solo un poquito…

-Ya no sigas… (…)… ¿Vienes mañana a recogerme?- preguntó Maricarmen.

-Mañana es lunes… tengo que ir a trabajar… pero salgo a las cuatro de la tarde…

-Bueno… (…)… mientras tanto veré tele durante todo el día…

-Por qué no sales a caminar en la mañana…

-Ni cojuda salgo sola…

-Ja, ja, ja… está bien monguita… apenas salga de la chamba vendré por ti…

-¿Me lo prometes?...

-Te lo prometo…

-¿Sabes?... me alegro tanto de haberte encontrado en mi vida… y que aun seamos amigos…

-Lo bueno se conserva…

-Muy cierto señor mongo…

-Señor a partir de los treinta… yo aún tengo veintiséis…

-Sí… tú me llevas por tres años… (…)… (…)… ¿Te pusiste a pensar (alguna vez) que hubiese sido si te habrías quedado en Lima?- preguntó Maricarmen -No me lo respondas ahora…

Solo sonreí ante la pregunta hecha por Maricarmen, sin decir una sola palabra.

CONTINUARÁ...

PARTE 04

-Cuídate ¿sí?... y maneja con cuidado…

-A propósito… ¿cuánto le diste al patita que cuidaba la moto?...

-Veinte luquitas… justo, por el tiempo que se quedó esperando a que nosotros regresáramos…

-Sí… (…)… yo pensé que no lo encontraría…

-Para que veas que aun existen personas honestas y justas…

-Aun monga… aun… pero hay que buscarlas con lupa…

-Bueno… ya tengo que entrar… (…)… maneja con cuidado ¿sí?...

-No te preocupes… lo haré…

-Chau monguito…

-Chau monguita…

Al iniciar la mañana, me levanté mucho antes que el despertador (como siempre lo hacía). Entré al baño para la respectiva ducha matinal. Luego, me dirigí a mi cuarto y me comencé a cambiarse de ropa. Me puse un pantalón jean, un polo a rayas, no muy llamativo y las zapatillas que usualmente utilizaba. Tomé el desayuno respectivo y me dirigí a mi centro de labores, ubicado en el centro de la ciudad. Al llegar, estacioné mi motocicleta y subí al segundo piso de aquella oficina de coordinación de la institución edil a la cual (yo) pertenecía.

-¡Buen día!- saludé a las personas que se encontraban en aquella oficina pequeña dividida en dos ambientes, una de ellas con tres escritorios y computadoras pertenecientes a las áreas de planificación, contabilidad y tesorería, y el otro ambiente al área de gerencia municipal y alcaldía.

-¡Edú!… el gerente estuvo preguntando por ti… quiere verte- dijo Noelia Vargas, secretaria de alcaldía.

-¡Ok!… voy ahora- respondí.

Me dirigí hacia la puerta que dividía los ambientes y tocó la puerta -¡Buenos días!- saludé al gerente municipal.

-¡Pasa compadrito!- respondió Joaquín Vargas, licenciado en administración de empresas, de apariencia gruesa, de baja estatura y con un sobresaliente bigote que lo hacía peculiar.

-¡Dime Joaquincito!… ¿para que soy bueno?- pregunté.

-Oye Edú, quiero que apoyes al nuevo patita que está en el puesto que yo ocupaba antes de estar en la gerencia municipal… (…)… Tú manyas todo lo referente a lo que es planificación y presupuestos… y el pata nuevo esta en nada… no sabe ni mierda…

-¿Y quién fue el bruto que lo trajo?- pregunté.

-Je, je, je… no fue ningún bruto… fui yo… je, je, je…

-¿Y porque lo trajiste si no sabe hacer ni mierda?…

-Es que el patita está pasando algunos problemas económicos… como todos lo hemos pasado alguna vez… entonces quise darle la mano…tú me entiendes…

-Claro Joaquín… no hay problema… cuenta conmigo…

-Recuerda también que este fin de semana estamos viajando por el rio para la exposición sobre la rendición de cuentas trimestrales… y tenemos que tener todo en orden… (…)… Ya el área de contabilidad, con el pelo duro, está quedando Ok… solo faltan darles algunos ajustes y tu ya te encargas de ponerlo en Power Point… (…)… Ojo que ahí tenemos que exponer, el quien te habla, el pelo duro del contador y el nuevo planificador…

-Espero que Augusto no me pase todo a última hora como siempre lo hace- dije refiriéndome al contador de aquella entidad municipal, Augusto García.

-Déjame llamarlo… (…)… ¡AUGUSTO!… ven un momento… (…)…

-Dime Joaquín…

-Oye pelo duro, como vas con el tema de la rendición de cuentas… mira que tenemos que viajar a más tardar el viernes…

-Ya está casi listo… solo faltan unas cuantas cositas, nada mas…

-Bueno… entonces, apenas termines con lo tuyo, le pasas toda tu información a Edú, para que lo convierta a Power Point…

-¡Yo también se hacerlo Joaquín!- dijo Augusto.

-¡Prefiero que lo haga Edú!…

-Je, je, je- respondió Augusto no tan satisfecho por aquella orden -No hay problema… apenas termine le paso la voz- dijo saliendo casi en el acto de aquella oficina.

-¡Noté su disconformidad con la orden que diste!- dije.

-Que chucha compadrito… acá el jefe soy yo, después del Alcalde… y si no le gusta tiene las puertas abiertas para irse… así de fácil…

-Bueno… (…)… y cambiando de tema… como se llama el tipo que está ocupando tu antiguo puesto…

-Se llama Rafael Quintana… trabajaba antes en la municipalidad provincial acá en Pucallpa… pero esos hijos de puta lo sacaron por las huevas, después de muchos años de trabajar ahí… (…)… Son unas basuras esos huevones… (…)… Es por eso que le estoy dando la mano… (…)… Rafael es buena gente… ya lo conocerás mejor…

-Bueno… si tú lo dices…

-Ya verás cumpita… preséntate con el… dile quien eres… y ayúdalo al hombre…

-¡Bueno Joaquincito, veré que podemos rescatar de tu amiguito!- dije sonriendo y saliendo de la oficina de la gerencia.

-¡Ya luego te llamo para tomar un par de chelitas saliendo de la chamba!- respondió Joaquín.

Salí de la oficina y me dirigí donde estaba Noelia.

-¿Que quería el bigotón?- me preguntó.

-Que le apoye al nuevo con lo del presupuesto… y de paso para ir trabajando con las exposiciones para la rendición de cuentas- respondí.

-Cierto… viajaran este viernes…

-Como que “viajaran”… (…)… ¿tú no iras?...

-No Educito… estoy presentando mi carta de renuncia…

-¡¿Y eso porque?!… ¿acaso te han acosado?... mira que yo aun no lo hago- dije sonriente.

-No… nada de eso… lo que sucede es que recibí una muy buena oferta de trabajo en otra municipalidad, con un cargo más alto del que tengo acá… y no puedo desperdiciarlo… oportunidades así no hay dejarlas pasar…

-Si es por tu mejoría, entonces tienes que ver lo mejor para ti…

-Así es… además, ya hable con el Alcalde… y le expliqué cómo son las cosas… (…)… gracias a Dios, él comprendió y aceptó mi decisión… (…)… pero, con la condición de que encuentre una nueva secretaria que esté dispuesta a trabajar como yo lo hice… (…)… o sea, que vaya a vivir por el rio y que venga a la ciudad cada vez que pueda… fácil ¿no?...

-Tan fácil como contar las arenas del desierto- respondí.

-Ahora lo que tengo que hacer es encontrar a alguna cojuda que acepte esta chamba… (…)… así que, manos a la obra… (…)… Ya regreso…

-Ok… yo mientras tanto veré que hago- dije.

Aquella oficina era la conexión entre el distrito de Padre Márquez y la civilización, ya que aquel distrito quedaba ubicado a orillas del rio Ucayali, navegando ocho horas en grandes embarcaciones, diez en medianas y doce en pequeñas, desde la ciudad de Pucallpa. Aquel distrito pertenecía al departamento de Loreto, tenía como capital al pueblo de Tiruntán.

-¡Buenos días!- se escuchó una voz fuerte, de mando. Era la voz de la máxima autoridad edil, un tipo alto, de rasgos muy pronunciados inclinados a lo autóctono, ya que era netamente de la etnia shipiba, iba custodiado por un guardaespaldas de apariencia seria y ruda.

-¡Señor Alcalde, buenos días!- se escucharon los saludos de los trabajadores ante su presencia.

-Edú… como está el “terror de las secretarias”- saludó el Alcalde.

-¡Buenos días, señor Alcalde!- respondí.

Aquella autoridad me dio una palmada en el hombro y se dirigió a su despacho, ocupado en ese momento por el gerente municipal. Mientras los demás trabajadores se ponían agiles en sus trabajos. Al poco tiempo de estar ambas autoridades en aquella oficina, salieron sin decir una sola palabra a los demás trabajadores.

-¡Edú!- dijo el gerente municipal -¡Entra a la oficina y quédate ahí para que nadie más se meta en la computadora!… tú sabes… tenemos material que solo puede ser visto por personal de confianza…

-No te preocupes Joaquincito… nadie estará ahí, más que yo- respondí.

-Gracias cumpita…

Luego de eso, ingresé al despacho principal y me situé frente a la computadora. Comencé a descargar música. Revisé mi correo electrónico. Visité videos graciosos en la página web del YouTube. Respondí algunos correos electrónicos que parecían agradables y a algunas personas que no tenía mucho contacto con ellas. Ingresé al messenger y me puse a chatear un rato, mientras el tiempo seguía su curso. Llegada la una de la tarde, tiempo en que debían de salir a almorzar. Salí de aquella oficina y la cerré de tal forma que nadie más pueda ingresar.

-¡Compañero, que has hecho!- dijo Augusto.

-Por qué cumpita… ¿qué pasó?- respondí.

-No le hubieras puesto el seguro…

-¿Por qué?- pregunté.

-Es que tenía que sacar una información de la máquina de Joaquín… y ahora me voy a atrasar como mierda…

-Pero fácil pues Augusto… Joaquín estará por venir en unos momentos y le pides personalmente a él- dije.

-No pues… así no es… me estás haciendo retrasar… y luego las quejas van donde mi…

-En tal caso me lo hubieras pedido antes de salir, ¿no te parece?... además, me dieron la orden de que nadie más ingrese a la computadora de la gerencia…

-(…)… ¡Voy a hablar con el Alcalde!… ¡así no podemos trabajar!- dijo indignado aquel contador -¡Joaquín se toma muchas atribuciones que no le competen!…

-Bueno mi hermano… yo solo cumplo órdenes… (…)… nos vemos más tarde…

Bajé las escaleras dejando atrás a los comentarios violentos expuestos de aquel contador enfurecido por no dejar que ingrese a la maquina puesta en el despacho principal.

Salí a la zona de parqueo provisional que hay en las veredas de Jr. Raimondi, y le di cincuenta céntimos al muchacho que cuidaba las motos. Encendí mi vehículo y me dirigí a mi casa para almorzar. Al llegar a mi domicilio, luego de batallar con un implacable sol que le achicharraban los sesos, saludé a mis padres con un beso en la mejilla e ingresé a mi habitación a quitarme la ropa e ingresar rápidamente al baño para propinarme un remojón digno de un sediento en el desierto. Luego de ello nos sentamos alrededor de la mesa del comedor y almorzamos en familia. Terminando el alimento del medio día, regresé a mi cama y dormí una (pequeña) siesta. Al cabo de un momento (según yo) sonó el teléfono celular -¡Aló!- respondí.

-Edú… soy Joaquín… ¿dónde estás?…

-Joaquincito… que hay de nuevo…

-¿Dónde estás compadrito?…

-Estoy en mi casa… en mi cama…

-¿No vas a ir a la oficina?...

-¿Hay algo que hacer… a parte de huevear?...

-Ja, ja, ja… ¿no te dieron nada sobre las exposiciones?...

-Nada…

-¿Ni el pelo duro?...

-Nada…

-¡Concha de su madre!… (…)… ya déjalo ahí nomas… yo tampoco iré… ya mañana nos vemos…

-Ya cumpita… nos vemos mañana…

Miré somnoliento el reloj que tenía frente a mi cama y vi que eran las tres y treinta de la tarde -¡Carajo!… ¡Maricarmen!- dije en voz baja. Me desperecé un poco, fui a lavarme la cara. Me acerqué donde mi madre -¡Ya regreso!- dije.

-A dónde vas carajito, ¿si se puede saber?- preguntó sutilmente la Licenciada en Psicología y Educación, Señora Lucia Mariátegui De Suarez (mi madre).

-¡Voy a la casa de Koki!- respondí mintiendo.

-Sí… métele otra vez a Koki en tus perradas… (..)… te aseguro que él ni enterado está que supuestamente estas yendo a su casa…

Sonreí ante aquella verdad.

-Ya regreso… no demoro- dije y me despedí dándole un beso en la frente.

Nuevamente subí a mi moto, la encendí y enrumbé hacia el hotel donde se encontraba Maricarmen. Al llegar a dicho hotel, me acerqué a la recepcionista de turno y pregunté -¡Buenas tardes!… ¿se encontrará la señorita Maricarmen Mendoza?...

-¿Usted es el señor Suarez?- preguntó aquella recepcionista.

-Así es…

-La señorita Mendoza dejó dicho que si llegara usted, que pase a su habitación…

-Gracias cuero…

-¡No hay de que señor!- respondió la recepcionista con una sonrisa tímida y avergonzada.

Subí por las escaleras hacia el segundo piso de aquel hotel y fui a la habitación 203. Toqué la puerta y Maricarmen abrió mostrando siempre la misma sonrisa radiante.

-Hola monguita…

-Hola mongo… ya son las cinco de la tarde… Eres muy puntual…

-Sorry monga… pero me quedé dormido…

-¿En el trabajo?- preguntó.

-No… en mi casa…

-O sea… ¿preferiste dormir a venir a verme?...

-No comiences…

-Y dime… a donde vamos…

-Vamos a la casa de un gran amigo mío… se llama Arturo Reátegui… es dueño de una agencia de viajes y es experto en lo que son atractivos turísticos…

-¿Ya es tío?...

-Tendrá sus cuarenta años… por ahí… más o menos…

-Bueno… entonces vamos…

Salimos del hotel. Maricarmen dejó la llave de su habitación en la recepción. Y subimos a mi motocicleta, teniendo siempre ella un temor a las motos.

-Edú…

-Sí… ya lo sé… manejaré con cuidado…

-Sí… gracias…

En el trayecto, desde Yarinacocha hasta Pucallpa, el camino era suave con algunos ocasionales despistes debidos a los pequeños agujeros a lo largo de la pista. Llegamos a un semáforo en luz ámbar, y fui frenando el vehículo hasta detenerlo en rojo.

-¡Hola cuero!- se escuchó una voz femenina a mi costado.

Maricarmen volteo a ver quién era la tan educada señorita.

-¡Hola cuerito!- respondí -¿Cómo estás?… ¡qué bueno verte después de!…

-¡Dos semanas!- dijo aquella muchacha.

-Cierto… que rápido pasa el tiempo…

-Cuando nos vemos otra vez… mira que te debo una… esta vez yo que quedé en falta…

-¡Muy cierto!- respondí.

Aquella muchacha sonrió pícaramente y me envió un beso volado sin importar la presencia de Maricarmen.

El semáforo impertinente, cruel y despiadado no dio oportunidad para que pudiéramos seguir con la charla, y maléficamente cambió a verde.

-¡Cuero, te llamo más tarde!… ¡pero, contéstame!…

-¡Te prometo que esta vez sí lo haré!- respondí mientras aceleraba.

-¿Qué fue todo eso?- preguntó Maricarmen.

-Es una amiga a la que no veo hace…

-¡Dos semanas!- respondió Maricarmen en tono serio.

-Sí… en dos semanas… (…)… Que atenta estuviste…

-Acelera ¿quieres?...

-¿No que no te gusta la velocidad?...

-No me hagas cambiar de opinión y acelera…

Sonreí ante aquella escena de celos, sin decir una sola palabra al respecto. Al cabo de unos cuantos minutos más de recorrido, llegamos a la agencia de viajes Amazon World y al ingresar saludé a una de las señoritas trabajadoras de aquella empresa -¡Hola Stephany, buenas tardes!…

-¡Hola Edú!… ¡Buenas tardes!…

-¿Se encontrará el señor Arturo, por casualidad?...

-Sí… si se encuentra… déjame pasarle la voz para avisarle que te encuentras acá…

-Gracias…

-Veras que Arturo es un experto en cuestiones de lugares y atractivos turísticos, por no decir una de las pocas personas capaces de no hacerte perder en esta ciudad y alrededores- dije.

-Edú… puedes pasar- dijo aquella amable señorita.

-¡Vamos!- dije agarrando de la mano a Maricarmen.

En aquella oficina encontramos a un señor de apariencia juvenil, de tez morena, contextura delgada y muy amable a simple vista.

-¡Arturo, mi hermano, buenas tardes!- saludé con un fuerte abrazo y un beso en la mejilla.

-¡Como estas mi hermano, que bueno verte por esta tu humilde casa!- respondió Arturo siempre amable.

-¡Te presento a Maricarmen Mendoza, una excelente amiga y una de las pocas personas en la que puedo confiar!…

-¡Si es amiga tuya, entonces también es amiga mía!- respondió Arturo -¡Dime mi hermano, en que los puedo ayudar!…

-Maricarmen es periodista, y tiene un proyecto personal… pero, para ello necesita algo de inspiración…

-No hay problema… yo puedo ser una muy buena inspiración- dijo Arturo en tono coqueto.

-Je, je, je… No codicies la mujer de tu prójimo…

-Ah discúlpame, no sabía que eran enamorados…

-No… no somos enamorados- dije.

-¡Pero, lo fuimos!- respondió Maricarmen.

-Ah… bueno… entonces que tipo de inspiración necesitan- preguntó Arturo.

-Tú que eres el experto en lugares turísticos… necesitamos conocer lugares bonitos y tranquilos para poder dar rienda suelta a la imaginación…

CONTINUARÁ...

PARTE 05

-A parte de eso quisiera saber algo de historia de Pucallpa… conocer un poco mas de esta tierra tan bonita… (…)… solo algo resumido- dijo Maricarmen.

-Bueno… este tipo de información no la doy tan frecuentemente… pero, tratándose de Edú y de ti, con gusto te contaré algo de nuestra historia…

-¡Pedacitos de algo!- dijo Maricarmen sonriendo.

-¿Pedacitos de qué?- preguntó Arturo.

-No se preocupe… yo me entiendo…

-Bueno… entonces, comenzaré…

-¡Un momentito por favor!- interrumpió Maricarmen metiendo su mano en el bolsillo del pantalón -¡Necesito grabar lo que usted va a decir!…

Arturo me miró sorprendido, mientras le daba un guiño en señal complicidad. Maricarmen encendía su mp3 y colocaba cerca a donde se encontraba Arturo.

-Mira pues, estas cojudecitas cada vez las hacen más pequeñas… (…)… discúlpame amiguita por mi vocabulario…

-No te preocupes… creo que estamos en confianza…

Arturo sonrió complacido y comenzó su narración en el tono selvático que a él le caracterizaba.

-Entonces, comencemos hablando del jirón nueve de diciembre, que es un jirón muy histórico para Pucallpa… (…)… Ahí quedaba ubicada la primera cárcel que teníamos… ahora es una iglesia evangélica que esta al costado del edificio de Eiger, si lo quieres ubicar… eh… solamente tenía capacidad para cuarenta presos, al final hasta los años ochenta (si mas no me acuerdo) esta… llegó a tener ciento veinte, había un hacinamiento… después lo trasladaron hasta donde era el convento de las monjas por la… jirón Inmaculada con Mariscal Cáceres, ahí se paso la cárcel, se llenó también y ahora están en el crack San Mateo, eso forma parte como te digo de nuestra historia ese jirón… (…)… ahora también por esos lugares se encontró ubicado la primera radio, ¿no?, y en frecuencia AM, todavía, no había FM… era la radio Nuevo Mundo, no es cierto, eh… era una de las radios que (pues) primaba las noticias para los selváticos de esta zona… eh… fuera de eso también tenemos… eh… el reloj público… (…)…En los años setenta… eh… el Alcalde de esa época instala el reloj; pero, como un faro… eh… para los navegantes que venían por el Ucayali… eh… cuando se veía este faro era símbolo que estabas llegando ya a la civilización, cuando venias desde Loreto para acá… y… el reloj en realidad lo trajeron desde Francia… es una reloj importado que todavía aun se mantiene, lo único que han hecho es cambiar las piezas, nada mas… al igual que el campanario que tienes en el… en la… Catedral, también fueron traídas de Europa… todo el sistema del campanario ha sido traído de Europa… la Catedral (más o menos) ha costado un promedio de seis millones de soles y lo hizo el pueblo, no lo hizo el papa, porsiacaso… eh… este… es una Catedral… eh… con unas formas arquitectónicas únicas en Sud América (ahorita)… eh… tiene todos los detalles y acabados de forma manual… desde los asientos hasta el pulpito que tiene el cura… esta una… Catedral bastante interesante para visitar… es otro de los atractivos también que tenemos fuera de nuestra Plaza de Armas… (…)… nuestra Plaza de Armas en los años setenta y nueve, setenta y ocho, era más conocido como la pampa… ahí era donde nuestro abuelos iban a debutar sexualmente por primera vez… ¿ya?... era conocido como la pampa… y… pero, por qué… porque en esa zona se encontraba el primer aeródromo… (…)… Nosotros no teníamos aeropuerto… el aeropuerto quedaba en Masisea… por que la primera ciudad de Ucayali o de Pucallpa, era Masisea, era nuestra capital antes ese pueblito… se ha… se ha quedado en el… en el pasado, porque, bueno, en fin, por egoísmos de nuestra autoridades… Era el emporio comercial, Masisea, y esto era como se puede decir un pueblito joven, Pucallpa,… y… también… este… este aeródromo tenía más o menos el área hasta, si podemos imaginarnos hasta el jirón Inmaculada, hasta ahí llegaba el aeródromo… ahí llegaban los primeros Antonov del ejército peruano… eso forma parte también de nuestra historia… (…)… Ahora, la Plaza de Armas es construida en el periodo del señor Manuel Vásquez Valera, co… este… tenemos entendido que ha sido cofinanciado por el gobierno ruso en esa época, ¿no?… entonces… este… básicamente, se ha diseñado de acuerdo a la estructura de la Plaza Roja, entonces, puro concreto… que solo esperemos que esta vez el Alcalde actual haga algo para echar más jardín, eso es lo que hemos quedado ayer con… en una reunión con él… eh… (…)… Tenemos también el Caño del Cañazo… no sé si conoces la tienda el Cañazo… está bajando Coronel Portillo… (…)… Tarapacá… (…)… Credivargas… ya… ok… llegas a la esquina de Credivargas y se baja hacia Inmaculada… justo en esa bajadita hay un caño… no sé si te has fijado… date una vuelta por ahí hoy día… ese caño también era parte de nuestra… casi obligatoria visita de nuestros abuelos… porque en esa zona, si te fijas, hay unas… eh… piedras casi decorativas, todavía aun, donde se sentaban los enamorados a hacer… este… su idilio romanticón… ¿no?... este caño, así como tú lo ves, cruza toda la ciudad, por debajo de la ciudad, viene desde la carretera, cruza por la par… por la parte de la cámara de comercio, por toda… o sea… imagínate… del cañazo tira una línea más o menos por la cámara de comercio hasta… Sáenz Peña… así… juag… todo ese sector, cruza este caño… y por la parte del huequito nosotros tenemos un caño natural… antes nuestros abuelos le llamaban Anís Caño… ¿Por qué?... porque normalmente… este… se cultivaba ahí un poco de anís, y cuando te ibas a pescar, pues, olía a anís, y por eso le llamaban Anís Caño… ahora si te vas le llaman Asna Caño, por obvias razones… ¿no?... eh… (…)… Si queremos irnos un poquito más hacia San Fernando, tenemos el… (…)… hay una cocha que… (…)… Manantay… ¿no es cierto?... y antes de Manantay… (…)… ya me olvide… (…)… pero, ahorita me voy a acordar… este… eh… ese caño era muy natural y se utilizaba para la pesca artesanal, hasta ahora, sin embargo ahorita hay compañías madereras y petrolera que de una u otra manera se les pide que no lo contaminen mas, porque lo contaminaban… ¿no?... eh… (…)… Si queremos avanzar por la Plazuelita la Lupuna… (Te estoy dando por sectores la ciudad)… la Plazuelita la Lupuna tiene mucha historia… en los años setenta y nueve, el profesor, este… ahhh… Runrid… no… ay… ¿cómo se llama este señor?... me olvide… ahorita… este profesor vivía en el instituto lingüístico, y con unos hijos de unos misioneros sube hasta la copa de la lupuna y había un cruz, no sé si se acuerdan… ya… y nuestro inteligente Alcalde, lo mando a sacar hace poco… esta cruz tenía más o menos un metro… y veinte de alto por casi sesenta de ancho… estaba prendida en esa zona… ¿Por qué?… porque las personas que… porque las personas que cruzaban por la antigua carretera a Yarinacocha (porque esa era la antigua carretera a Yarinacocha), la antigua carretera… es mas, donde ahorita es la Villa Policial, era la primera comisaria de nuestra ciudad en la carretera… ¿ya?... esa era lejos de Pucallpa hasta ahí, pucha, era una gloria llegar hasta ahí… ¿por qué?... porque a las seis de la tarde la gente ya no cruzaba esa carretera por miedo a las cosas extrañas que sucedían en el sector de la lupuna que está ubicado en esa plazuelita… se veían duendes, se veían lamparillas, se veían chanchos gigantes y hasta una mujer que lloraba desconsoladamente y que nunca daba su rostro, pero cuando tú te fijabas, te ibas y le decías señorita que pasa y ¡fus!, se desaparecía en tu lado… y la gente volvía votando espuma hasta la comisaria… era una cosa bastante misteriosa… ¿no es cierto?... (…)… En los años ochenta, cuando un Alcalde quiso botar a eso, para aprovechar lo madera… maderablemente… este… cortó una de las aletas y su operador de motosierra al día siguiente que cortó un pedazo de la aleta amaneció muerto… entonces, eh, los pobladores preguntándose porque tanto misterio, porque, que sucede cuando se le toca a esta planta, eh, decidieron hacer una sesión de ayahuasca, le llamaron a un maestro shipibo, y este maestro se ubicó en las faldas de la, de la lupuna, hizo su sesión, en esos tiempo no era como es ahora, mucho más tupido, eh, hizo su sesión y dio tres predicciones esta… este árbol… (…)… La primera predicción fue de que el rio se iba a separar de la ciudad, y efectivamente, hace veinticinco años atrás, aproximadamente, el rio Ucayali se alejó de la ciudad, era muy lejos… no sé si te acuerdas, de repente eras muy niña, yo era joven ya… este… este rio se ubicaba a kilómetros más allá y el puerto que actualmente tenemos por el reloj público no había, no sé si te recuerdas pero no había el rio ahí… estábamos muy separados… este… entonces, recién de veinticinco años se puede decir que tenemos el rio nuevamente en su antiguo cauce… ¿ya?... eso ha sido una de las predicciones… (…)… La siguiente predicción fue de que el rio se iba a tragar a la gente… y en los años ochentaiocho más o menos por la parte de la Hoyada, que es ahorita actualmente, la tierra comenzó a erosionar seguramente mucho tiempo por debajo y encima de ella se ubicaba un mercadillo… cuando llegó su momento (en esas fechas) lo único que hizo la tierra es quebrar y tragar toda la gente… murieron muchísimas personas… eso fue la siguiente produc… la siguiente predicción de la… de ese árbol… (…)… Y la tercera fue de que la gente (ah, cuatro eran) de que la gente se iba a matar… y en las épocas del terrorismo sucedía lo mismo… ¿no?... sucedió… ¿Por qué?... porque la gen… los terroristas venían y ejecutaban a los militares en sus faldas de esta lupuna y los militares venían y mataban a los senderistas en las faldas de esta lupuna… actualmente puedes ir y puedes ver los casquillos (incluso) de las balas que están incrustabas en ese árbol… (…)… Y (ahora sí) la ultima predicción fue que cuando este árbol se secara ¿no?... este… Pucallpa iba a desaparecer… por eso es que uno de los antiguos alcaldes de Pucallpa (el doctor… este… ah… Acho Mego), conociendo un poco del misticismo que tiene nuestra selva, opto por hacerlo plazuelita, y dijo que no se corte el árbol… por eso es que este árbol todavía vive en la ciudad… la gente no lo sabe… entonces… ahora ya lo sabes… eh… (…)… Bueno… en el Parque Natural, tenemos doscientos especies silvestres aproximadamente, tenemos árboles maderables, árboles frutales, árboles ornamentales que significan arboles para hacer, este, … ah… decorado… se llama ornamentales… los frutales, por las frutas… y los maderables por los tipos de maderas que podemos conocer en esta… en ese sector… eh… tiene aproximadamente de dos a cuatro hectáreas de terreno… ¿no?... eh… ha sido invadida y más o menos dos hectáreas le han quitado al Parque Natural… eh… es uno de los parques donde se puede decir que hemos logrado que el otorongo nazca en cautiverio… esas experiencias ahorita se han trasladado a Huachipa y al Parque de las Leyendas… así que somos casi únicos reproduciendo otorongo acá… en el Perú… eh… ¿Qué más?...(…)… Tenemos el Museo Regional, muestras de nuestras culturas, a veces esta descuidada… (No llevo a mis turistas normalmente allá)…eh… que mas falta… tenemos la plaza… (…)… Si queremos ir más allá, tenemos la laguna de Cashibococha (ya estoy yendo por la parte de Yarina)… en la laguna de Cashibococha, tenemos… es una laguna natural, esa si es una laguna… Yarinacocha, es un meandro del rio… en términos vulgares significa la pichi del rio… pero en términos científicos, meandro significa que antes ha sido el cauce natural del rio Ucayali, pero por causas naturales también se ha trasladado una parte de su… cauce… por otro sector y ha quedado esto ya como una laguna… ¿no?... entonces… por eso se mantiene que cada invierno entra el rio nuevamente y limpia toda esa laguna de todos los desperdicios y contaminación que nosotros hacemos a esa cocha… pero, la laguna de Cashibococha es natural porque nace del subsuelo, esa es natural… ¿no?... eh… básicamente se puede practicar pesca… deportes acuáticos… incluso camping… to… to… todo tipo de deportes de aventura en selva… eh… el ultimo levantamiento técnico se ha logrado captar que existen cuarenta y dos tipos de aves en Cashibococha… en Pacaya Samiria existe solo treinta… entonces te imaginaras acá nosotros tenemos un paraíso bien cerquita a la ciudad… diez, quince minutos máximo, y estamos viendo todo un espectáculo de aves… eso es con respecto a… a… a la ciudad básicamente… ¿no?... que se puede hablar… ahora si hablamos de toda la región hay muchas cosas más que ya tengo detallado ahí… eh… (…)… En Atalaya tenemos vestigios pre inca… (…)… se dice que Atalaya que ha sido una especie de retiro… eh… un área de retiro de los sacerdotes incas… es una hipótesis que nosotros manejamos (tanto estar investigando), porque normalmente en las… en los libros de historia… Pons Musso, Federico Kauffmann y ningún historiador, mencionan de que… que hacían los… los sacerdotes después de hacer todo este tema del Inti Raymi con el Inca… no hay… no hay datos, entonces, se presume de que todos estos vestigios amazónicos que tenían durante todo esta celebración del Inti Raymi, los veintiuno de junio, porque en realidad es el veintiuno de junio, cuando el sol efectivamente cae sobre Macchu Picchu… este… sobre el Templo del Sol… el… los sacerdotes, más o menos se retiraban por un año hasta esa época, aquí en esta parte de la Amazonía… por eso es que se dice que los Machiguengas son herederos de los… de los incas… porque si tú ves a un Machiguenga tiene el perfecto rostro de un inca cusqueño… son bastante altos, bastante simpáticos, tienen la formación de la frente bastante amplia, la nariz bastante respingada… eh… y son bastante… tienen un biotipo perfecto… como casi los incas… los incas tenían un biotipo bastante interesante… no son como los… los indios que tenemos… como el Asháninca, chato, trejo, bien rustico, con el rostro bien… monolizado, se parece mucho al mono… entonces no, no… este es mas estilizado su rostro del Machiguenga… y eso es lo que más o menos estamos presumiendo… ¿Por qué?... porque en Atalaya hemos encontrado fuentes de agua… que incluso cuenta con un complejo arte de hidroingeniería, se puede decir, porque abastecen de agua, hacen el reciclaje y solito se… nunca se llena la fuente… pero todo está jalando naturalmente, y eso era una especie de jacuzzis naturales que ellos habían prefabricado, dentro de las cuevas… (…)… Atalaya es interesantísimo también… tienes colpas de guacamayo, tienes colpas de loros, tienes lagunas… ¿no?... eh… lo mismo pasa con el Imiría, la laguna del Imiría, tiene pues, todo lo que cualquier amazonia pudiera desear… es una… fuente de agua… o un espejo de agua bastante bonito, actualmente se están realizando proyecto de crianza de paiches… en el Chauya, están ubicados los Cocamas… también es una laguna anexa al Imiría y es muy interesante… ¿Por qué?... porque en las épocas de invierno, existen islas flotantes que… que migran con… con el viento… o sea, si el viento esta fuerte, se pueden hasta cerrar… y tu puedes después de tres días, salir recién de esas islas… ¿Por qué?... porque naturalmente van moviéndose… están flotando… y tu puedes pisarte en ellas, pero es un poco peligroso, porque es el nido de las anacondas… así que si quieres ser comida por estas… esos animalitos, les recomendamos pisar las islas… eh… eso es con respecto a Masisea…eh… (…)… Por la parte norte de nuestra ciudad tenemos a nuevo Saposoa, a la laguna del Utiquinía… todas estas zonas que te estoy mencionando, son zonas que… básicamente se pueden practicar la pesca, la convivencia con las comunidades nativas, usos, costumbres, tradiciones y hasta sexo con las nativas… mentira… eso no… este… eh… temas de ayahuasca, medicina tradicional… eh… conocimientos ancestrales, antropológicos, todas esas… esas zonas son previstas para eso… (…)… Ahora, Ucayali es una de las regiones que, mencionaba, más rica que toda… que toda… que cualquier región amazónica… ¿Por qué?... porque está rodeada de parques y zonas reservadas… la gente no lo sabe pero nosotros tenemos a Cordillera Azul, tenemos Sierra del Divisor, el Alto Pajonal y el Parque Nacional del Purús… (…)… El Purús, el territorio, solo el área del alto Purús, tiene el tamaño de Suiza… así que te podrás imaginar cuán grande es ese parque nacional y cuanta responsabilidad tenemos por conservarlo… porque también se encuentran una gran parte de nuestros grupos étnicos… (nunca digas tribus, porque ahí si suenas)… de los grupos étnicos de nuestra región… te lo pongo en claro por qué la mayoría de personas que son oriundas y con los cuales ya he conversado, estos señores no quieren que se les digan tribu… ni indios… se llaman nativos y grupos lingüísticas o grupos étnicos… ¿ok?... ¿algo más?...

Luego de casi veinte minutos de haber escuchado brevemente a aquella persona sobre la historia y algunos atractivos turísticos de Ucayali, Maricarmen no dejaba de poner una expresión de atención y satisfacción (una cara de monga).

-Uau… creo que es lo más interesante que escuché sobre la selva- dijo Maricarmen.

-Ni lo creas… tenemos muchas cosas más que contar… entre fabulas, leyendas, historias verídicas de personas perdidas en la selva… en fin… mil y un cosas que contar- respondió Arturo.

-Te aseguro que volveré en mi próximo viaje… y vendré con mis amigos…

-Estaremos con los brazos abiertos para darte la mejor atención…

-Bueno cholito, ya no te quitaremos mas tu tiempo, se que tienes muchas cosas que hacer- dije.

-No te preocupes mi hermano… ven cuando gustes- respondió.

-¡Muchas gracias señor!- dijo Maricarmen.

-¡Si me dices nuevamente señor, te quito el habla!- respondió Arturo.

-¿Cómo?- dijo Maricarmen sorprendida.

-Es una broma… No me digas señor, porque me harás sentir que ya estoy viejito… y solo tengo cuarenta años… je, je, je… además el único Señor esta en nuestros cielos…

-Gracias nuevamente por la información señ… perdón… ¡Arturo!…

-No te preocupes… cuando gustes vienes nomas y te atenderé personalmente… pero, no vengas con el flaco…

Sonreímos ante las ocurrencias de Arturo. Al despedirnos de todos en aquella agencia turística, salimos tomados de la mano y subimos nuevamente a la motocicleta.

-Ahora… ¿A dónde vamos?- pregunté.

-Vamos a dar algunas vueltas… aprovechemos que está anocheciendo y de paso conocer a tu ciudad noctambula…

-Pero, es lunes… no habrá mucho que ver…

-No es importante ver… si no con quien estés- respondió.

Solo me limité a sonreír ante lo expuesto por Maricarmen.

-Qué te parece si te invito a tomar un helado- propuse.

-Me parece buena idea… ¿y, a donde me llevarás?...

-Conozco un lugar muy agradable donde podemos tomar unos heladitos muy sabrosos…

-¡Acepto!- dijo Maricarmen.

Tomamos rumbo por una de las principales vías de la ciudad hasta llegar a una heladería cerca de la catedral de la ciudad. Bajamos de la motocicleta y nos ubicamos en una de las mesas puestas en el pasillo mirando hacia la calle. A los pocos segundos de estar sentados, una de las chicas que atendía en el local se acercó.

-Buenas noches… ¿que se van a servir?- preguntó muy amable aquella señorita.

-¿Noches?... uau… que rápido pasan las horas- dijo Maricarmen.

-Veamos, que hay para pedir- dije mirando la cartilla de postres de aquella heladería, y luego pasándole a Maricarmen -A mi tráeme un heladito de tres bolas…

-¿Que sabores?- preguntó la señorita.

-Mmm… Lúcuma, vainilla y… ron- dije.

-¿Y para usted señorita?- preguntó.

-Para mí… lo mismo…

Aquella señorita tomó apunte en su cuadernillo, sonrió y dio media vuelta.

-Arturo me cayó de la puta madre… se nota que es un buen tío- dijo Maricarmen.

-Sí… así es… Es uno de mis mejores amigos en el cual puedo confiar… y tú sabes que no soy de confiar en casi nadie…

-Lo sé… (…)… Bueno, cambiemos de tema, y sigamos con nuestro propósito…

-Veo que te la estas tomando muy en serio esto de tu proyecto…

Maricarmen sonrió y sacó nuevamente el mp3 de su bolsillo.

-¡Escuchemos donde te quedaste!- dijo Maricarmen.

-¿No necesitas colocarte los audífonos para poder escuchar lo grabado?- pregunté.

-No es necesario… este modelo de mp3 viene con unos pequeños parlantes adheridos al equipo- respondió Maricarmen.

-¡Carajo con la modernidad!…

-Ja, ja, ja… si… hasta yo me sorprendo de las huevadas modernas de ahora…

Colocó el mp3 sobre la mesa y presionó el botón retroceso, luego (casi inmediatamente) presionó el botón “play”. Y comenzamos a escuchar.

-“…Todo estaba bonito a no ser por el apellido de la mencionada infanta, ya que no era del agrado maternal… pero en mi inocencia, defendía aquella orden de olvidarme de ella diciendo que “el apellido no hace a la gente”… (…)… Pero como toda ilusión pasa, esta pasó, sin pena ni gloria… Tatianita quedó en el recuerdo y tal vez casi olvidada…-Disculpen, ¿Desean pedir algo para comer?...”-

Maricarmen presionó el botón “stop” y detuvo lo que estábamos escuchando.

-Fue ahí donde el mozo nos interrumpió… ¿lo recuerdas?...

-¡Sí, lo recuerdo!- respondí.

-Entonces, ¿continuamos?- dijo Maricarmen encendiendo nuevamente el mp3 y presionando el botón de grabar.

-Bueno… mmm… me quedé con la historia de Tatianita… ¿no es así?... mmm… Luego de eso, ya inaugurada mi atracción hacia el sexo opuesto (valga decir también, que estaba ingresando al cuarto grado de primaria) continué con mi vida escolar con mis amigos y jodas infantiles… inocentes (aclarando)…

-¡Habrás sido un rebelde de pequeño!- dijo Maricarmen.

-Al contrario monga, fui un niño demasiado tímido, a tal punto de ser poco comunicativo con todos y nunca querer participar en eventos escolares… sentía vergüenza al salir frente de todos… vergüenza infantil (me imagino)… Pero, bueno (cambiando de tema), al entrar en cuarto año de primaria ingresó también una nueva niña a mi salón; ella tenía los ojos grandes, cabello lacio y negro, de estatura media, cuerpo relativamente bien formado para la edad que ella tenía, trigueña y con algunas huellas dejadas por la viruela, su nombre era Liliana, Liliana García… Recuerdo que cuando ella se presentó en el salón de clases, lo hizo con otras dos niñas (no tan agraciadas), al principio Lili no me causó gran impresión ya que aun existía cierta nostalgia hacia Tatianita y aun estaba en mis pensamientos inocentes… Hasta que ingresamos al quinto año de primaria, un año más, ya mis ojitos tenían un año más de vida y visualizaban mejor las cosas (y también a las amiguitas de salón)… Ese año también estuvo en mi salón una primita de cariño, Jessenia Rojas, alta (para su edad), muy bonita (para su edad), muy desarrollada corporalmente (para su edad), de cabello castaño y tez blanca… nuestras respectivas madres eran muy amigas y por eso yo le decía tía a la mamá de Jessenia y ella le decía tía a la mía… Sentía una cierta atracción (inocente) hacia ella, era la más inteligente del salón (con respecto a las niñas), la más madura y resabida pensando en el enamoradito de escuela (que aun no tenia) y la victima para ese proyecto era yo… Pero, ya en quinto año, vi con otros ojos a Liliana, me gusto muchísimo, aunque aun no desarrollaba por completo sus bondades corporales y yo tampoco me fijaba mucho en ello (eran otros tiempos donde la inocencia aun tenía cierta fuerza)… y lo mejor de todo era que yo sabía que Liliana también sentía cierta curiosidad hacia mí, pero ambos teníamos mucha vergüenza de expresar aquel sentimiento, pero lo importante es que había algo ahí… a nuestros cortos 10 años de edad… (…)… En la escuela tenía ganado cierto respeto antes los demás alumnos y compañeros de clase (incluso con algunos profesores) ya que mis padres tenían cierto nivel económico elevado (no al extremo) y lamentablemente el mundo se movía (y lo sigue haciendo) por las influencias del dinero y de los contactos con grandes personajes o autoridades que uno tiene, así que, por eso yo también hacía gala de aquel nivel de respeto… nadie se metía conmigo, era el “niño engreído de la escuela”, me gustaba; solo andaba con niños de mi nivel social y muchos eran los que querían estar conmigo en nuestro grupo (aunque nuestro grupo social solo era de dos, Miguel y yo)… Miguel Salas, el blanquiñocito, el guapito, su apodo era “doña pepa”, era un compañero de aula al que apreciaba mucho, siempre estábamos juntos de arriba para abajo… Y para serte sincero, es el único compañero de escuela con el que llevo comunicación hasta ahora… (…)… A mediados de quinto grado de primaria, mi timidez fue ultrajada, mancillada, quebrantada (y demás sinónimos existentes) con el convencimiento de algunas profesoras de buen curriculum (muy atractivas ellas, con tremendos culazos y tetazas), sacándome de mi salón de clases y llevándome a la oficina del director de mi escuela para una audición (secreta) de una obra clásica, “La Cenicienta”, en la cual el papel del Príncipe estaba ocupado por mí, sin opción a que otro alumno tenga la oportunidad de demostrar sus dotes histriónicos... (…)… Al principio sentía ciertos nervios protagónicos, pero cuando note la presencia de Liliana entre las candidatas al papel de la Cenicienta, mis nervios fueron convirtiéndose en corrientes de seguridad y figuretísmo desbordante… el papel de Príncipe Azul era mío, así me equivoque, era mío, así hable huevadas en público, era mío; pero lo que más me importaba era que Liliana también tenga el protagónico y sea mi Cenicienta; pero, (carajo) los nervios le ganaron más ella, confundiendo las líneas que tenía que decir ante la presencia del Príncipe… (…)… Aquella audición consistía en que el Príncipe (o sea yo) dijese unas líneas de su dialogo y la que mejor respondiese ante aquel párrafo seria la elegida… Lamentablemente mi Liliana no fue la favorecida entre las cuatro candidatas presentes, quedando una de las otras como la elegida (no siendo la de mi agrado)… afortunadamente, apareció una pequeñita muy bonita, blanquiñosa, con una elocuencia única, siempre participaba en actividades de la escuela… y se la llevó (en una) el papel principal… me sentí aliviado por aquella decisión ya que la anterior ganadora del papel de Cenicienta parecía como una patada en los huevos (nada atractiva e insatisfactoria ante la vista)… De aquella obra, cuento, teatro, solo recuerdo verme vestido completamente con un traje del uniforme del Príncipe sacado de un cuento de hadas de color celestito confeccionado a mi talla, con los zapatos extremadamente lustrados, bien peinado con laca que dejaba mi cabello tieso (inmóvil ante el viento), maquillado con leve polvo facial (cortesía de mi madre) para que las luces del escenario no hagan brillar (al extremo) mi rostro cándido… (…)… De mi dialogo, solo recuerdo una sola frase: “Vayamos caballeros a rendirle pleitesía, y que la música suene para ella”… (…)… De las escenas de aquella obra, recuerdo, cuando montaron un jardín (en el escenario) y me senté al lado de aquella joven cenicienta, tomándola (levemente) de la mano, sintiendo en ella los nervios escénicos confundidos con los míos, cruzando nuestras tiernas miradas como dos torpes enamoraditos, sintiendo también las percepciones matadoras y celosas de Liliana y de Jessenia que estaban entre el público confundidas entre mis compañeros de clase… Me hacía sentir bien… (…)… Al final de la obra, nos tomaron fotos tomados de la mano (Príncipe y Cenicienta)… fuimos la pareja (ficticia) más comentada en toda la escuela por un buen tiempo… A la hora de los recreos, los demás alumnos que me veían pasar decían entre ellos -¡Ahí está pasando el Príncipe!- y yo sacando pecho ante tal envestidura…

CONTINUARÁ...

PARTE 06

Detuve la conversación al sentir un vibrar en mi cintura.

-Disculpa monga, tengo una llamada por el celular…

-¡Ok!- respondió Maricarmen presionando el botón de pausa en el mp3.

Al terminar la llamada telefónica, la miré tiernamente a Maricarmen cuando aun comía el helado de tres bolas.

-¡Que!- dijo Maricarmen.

-Te gusta, ¿no es así?...

-¿El helado?…

-También…

-Ja, ja, ja… Sí… está agradable… y… ¿con quién hablaste por el celular?- preguntó Maricarmen.

-Con mi jefe… con Joaquín Vargas, un gran amigo mío que es el gerente municipal en donde trabajo…

-¿Y qué quería?…

-Hacerme recordar que mañana tenemos chamba, ya que esta semana (a más tardar el viernes) estaremos viajando por el rio…

-¿Así?... o sea… ¿me dejarás sola?... y… ¿Por cuánto tiempo?...

-Solo serán dos o tres días como máximo…

-¿No me puedes llevar?...

-Sería lindo llevarte… déjame preguntarle a Joaquín si podemos hacer eso…

-No… era una broma… tengo pánico de solo pensar en viajar por el rio… soy súper maricona para ese tipo de recorridos… Lo dejo ahí mi querido mongo…

-No sabes de lo que te pierdes…

-Quedará en la incógnita…

-Terminemos nuestros helados y vayamos al hotel… Creo que por hoy basta con las historias…

-(…)… Esta bonita… me gusta…

-Gracias…

Seguimos comiendo los helados. No había nada más que contar en esa noche.

Por la mañana, llegando a la oficina de coordinación, encontré a todos en una completa revolución, llevando documentos hacia la oficina de la gerencia municipal.

-¿Donde está Edú?… ¿aun no llega?- preguntó el gerente.

-Acá estoy Joaquincito- respondí asomando levemente mi cabeza por la puerta gerencial.

-Compadrito, comencemos a trabajar ahorita mismo con las diapositivas…

-¿Que fue lo que sucedió? ¿Porque tanto apuro?- pregunté.

-El Alcalde decidió que todos viajaremos el día de hoy… El muy puto adelantó la reunión para la rendición pública de cuentas… y ya todos los pueblos están avisados… Estamos saliendo a las seis de la tarde por el puerto de Yarina… así que tenemos poco tiempo para hacer las tres diapositivas, la de presupuestos, la del contador y la mía…

-Joaquín, la tuya la hacemos en un toque… además tenemos todo listo solo para colocarlo en Power Point… Ahora con lo que respecta a lo de planificación, podemos adjuntarlo a la exposición de Augusto… lo único que necesitaría es que él me pase sus archivos en Excel, para copiar los cuadros de lo que se tiene que exponer y listo…

-¡AUGUSTO!- llamó el gerente -¿Ya tienes listo los cuadros para la exposición?...

-Aun me falta unos cuantos cuadros más Joaquín… es cuestión de unos cuantos minutos más…

-No pues Augusto, esa información te la estoy pidiendo desde la semana pasada y aun no la terminas… El Alcalde está molesto por esa demora… (…)… Dime dentro de cuánto tiempo estará lista la información para que se la pases a Edú…

-Yo haré mi presentación Joaquín, no es necesario que Edú lo haga…

-Es que él lo hace mucho mas rápido pues compadrito… eso es lo que queremos… agilidad…

El contador sonrió fingidamente, poniendo en evidencia su incomodidad y disconformidad ante lo expuesto por Joaquín.

-Mejor retírate Augusto y termina con tu trabajo… no quiero complicaciones cuando estemos frente a los pobladores el día que iniciemos con las exposiciones- dijo Joaquín.

Augusto nuevamente sonrió y salió de aquella oficina.

-¿No crees que lo estas tratando duramente?- pregunté a Joaquín.

-Todos sabemos que ese huevón quiere mi puesto… desde antes… incluso cuando estaba el antiguo administrador, Augusto hablaba mal de él… y eso todos lo saben…

-Bueno… dejémonos de vainas y trabajemos en tu exposición… necesito datos, cuadros y fotos para poder dar una buena impresión, tu sabes que por los ojos entra todo…

-Hablando de entrar, hoy conocí a la nueva secretaria de alcaldía… esta buena la maldita…

-Claro… algo me estuvo comentando Noelia… ella me dijo que iba a conseguir a alguien para reemplazarla…

-Pero no fue ella la que la trajo…

-Entonces ¿quién lo hizo?- pregunté.

-Fue la esposa del Alcalde…

-¿Así?...

-Sí… tengo entendido que es la ahijada de la señora…

-Huy curuju… ese tipo de tentaciones son las que más me atraen…

-Vamos a ver si esta secretaria también cae en tus redes- dijo Joaquín.

-Y ¿Dónde está?- pregunté.

-Ella ya viajó con el Alcalde el día de hoy, muy temprano… Nosotros salimos hoy por la noche y estaremos llegando mañana por la madrugada, directamente a instalar todo para la rendición pública de cuentas…

-¿Quiere decir que mañana comenzaremos con la chamba hasta el día viernes?- pregunté.

-A más tardar el viernes estaríamos regresando a la civilización…

-Que bueno… (…)… Oe loquillo… tengo una preguntita que hacerte…

-Dime cumpita- respondió.

-Tengo una amiguita que vino de Lima a hacer un proyecto de investigación, además es periodista, y quería preguntarte si es que pudiese llevarla por el rio en este viaje- pregunté.

-Claro pues… no hay problema… llévala nomas… y si puede sacar una notita sobre la rendición, mucho mejor…

-Ok…trataré de convencerla, porque es una maricona con lo que son viajes por el rio…

-¿Es tu amiga o tu hembrita?...

-Fue mi enamorada hace muchos años atrás; pero aun nuestra amistad quedó fuerte, solida…

-O sea, sigue siendo tu culito…

-Ja, ja, ja… Para serte franco, siento una gran tentación cuando estoy con ella… ganas no me faltan de agarrarla, besarla y llevarla a la cama… Es una diosa completa… es inteligente, agraciada, directa… pero tiene un defecto…

-¿Cuál es?- me preguntó.

-Está comprometida con un gringuito y se va a casar dentro de poco…

-Je, je, je… Y desde cuando eso es un impedimento para ti…

-El detalle es que la quiero como mierda… y quiero que sea feliz… y sé que si vuelve a pasar algo entre nosotros, cambiaría todo en sus decisiones… y no deseo eso…

-Bueno… dejémonos de conversaciones mariconescas y terminemos nuestro trabajo…

Joaquín trajo todos los datos que tenía a la mano y algunos otros que tenía en la computadora. Consiguió (también) algunas fotografías de las obras que se habían realizado en el transcurso del año, solo habían que escanearlas y agregarlas a la presentación en Power Point. Luego de un par de horas la labor de ambos había concluido.

-Bueno compadrito, soy fuga…

-¿Ya terminaste con mi presentación?- me preguntó.

-Sí… ya esta lista y también ya la grabé en un cd y en mi usb para mas seguridad…

-¿Y que con la presentación del pelo duro?...

-No lo sé…

-¡AUGUSTO!- gritó Joaquín.

-Dime compañero- dijo el contador ingresando a la oficina.

-¿Terminaste con lo tuyo?...

-Aun Joaquín… solo me faltan unos cuantos puntitos y termino…

-No jodas pues Augusto, hoy estamos viajando si o si, y no por tu irresponsabilidad vamos a jodernos… No sé cómo vas a terminar tu exposición, pero lo quiero YA… Esta oficina se cerrará dentro de una hora… tu ve como lo haces… pero nadie se quedará acá…

-No te preocupes Joaquín, estará listo en unos momentos- dijo avergonzado retirándose de aquella oficina.

-¿No crees que se te pasó la mano con Augusto?- pregunté a Joaquín.

-Sí… un poco… pero ya está hecho… Además, se lo merece por cojudo- me respondió.

-Bueno cholito, voy a mi casa a hacer mi maleta para el viaje… Mis padres aun no saben que viajaremos el día de hoy…

-Me imagino… mi mujer tampoco sabe sobre este viajecito imprevisto...

-Entonces, nos vemos a las seis en el puerto de Yarina…

-Perfecto… (…)… Ah, Edú… me olvidé decirte que la embarcación en la que vamos a viajar se llama “Ticse”- dijo Joaquín.

-Gracias- dije y me retiré rumbo a mi casa a preparar mi maleta para el respectivo viaje de tres días.

Al llegar a mi casa, avisé a mis padres que el viaje se había adelantado y que saldría hoy mismo a las seis de la tarde. Mi madre siempre abnegada me ayudó a empacar mis cosas. Lo más elemental cuando viajaba por el rio era llevar una hamaca para dormir en el trayecto, la cual amarrábamos de cualquier columna que encontrásemos a la vista, siendo incluso (muy a menudo) más rápidos que los otros compañeros de viaje al encontrar un espacio para atar nuestras respectivas camas aéreas. A parte de ello teníamos que tener una manta que sirva de cobija para protegernos del frio que reina en las noches fluviales (aparte de los mosquitos y zancudos que siempre joden). Algunos de los viajeros osaban en tender en el suelo una colchoneta delgada para estar mucho más cómodos al momento de dormir, pero siempre eran pisados por las personas que descendían de la embarcación al llegar a sus respectivos destinos antes del nuestro. Otro accesorio primordial, era llevar siempre un mosquitero ligero, debido a que en los centros poblados o caseríos a los cuales visitábamos estaban invadidos de zancudos, mosquitos y demás bichos existentes. Yo llevaba los tres elementos (hamaca, colchoneta y mosquitero), además de un sleeping bag que me protegía del implacable frio y de los insectos nocturnos. Otra cosa necesaria en mis pertenencias era el infaltable perfume para oler seductoramente ante los pobladores y pobladoras (mas a jóvenes pobladoras) que a pesar de que estaban remotamente ubicadas en los mapas cartográficos, existían ciertas bondades femeninas de atracciones carnales y lujuriosas que uno no podía dejar pasar por alto. Cómplices de aquello éramos Joaquín y yo que caíamos cautivados ante los encantos de la selva virgen y fluvial.

Antes de viajar llamé al celular de Maricarmen para avisarle de mi repentino viaje. Sabía que ella lo iba a entender y a tomar de la mejor forma.

-¿No jodas huevón… y recién ahora me lo dices, faltando escasamente media hora para que viajes?...

-Monguita, es que justamente hoy me avisaron que saldríamos…

-Pero… ¿y ahora qué hago?... no conozco nada de Pucallpa… ¿por cuantos días estarás fuera?...

-¡Serán unos tres días como máximo!- respondí.

-Hoy es martes… o sea, ¿estarás de vuelta el jueves?...

-A más tardar el viernes…

-Para colmo…

-Yo te invité a que vengas conmigo… y… aun está en pie la oferta… ¿qué dices?…

-No Educito… tú sabes que soy demasiada maricona para esos tipos de viajes… (Más bien) discúlpame por no entender tu posición, sé que es tu trabajo y no puedo interponerme en ello… ¿sorry, si?...

-Y que harás hasta el momento que regrese…

-Mmm… visitaré a Arturo…

-Muy buena idea, el te puede hacer conocer muchos lugares turísticos… se que la pasaras bien… incluso hasta te olvidaras de mi en estos tres días…

-No lo creo… pero haré el intento- dijo sonriendo.

-Bueno monguita, tengo que colgar… (Te llamaré cuando este en la embarcación)…

-¿Me lo prometes?...

-Claro que si mi monguita linda…

-Ok, esperaré tu llamada, mongo feo…

Al terminar mi llamada me despedí de mis padres, deseándome (ellos) como siempre un buen viaje y que este siempre alerta a cualquier accidente fluvial (de los pocos que ocurren por el rio, pero que ocurren, especialmente cuando el capitán de la embarcación es una bestia, afortunadamente siempre teníamos un buen piloto fluvial).

-¡Sitúate siempre al lado de los salvavidas!- eran los consejos que mis padres siempre me decían, ya que mi estilo de nadar era como botar una piedra en el agua (o sea ingresar, desaparecer y no salir).

Al llegar a mi destino (el puerto principal de Yarina), busqué a la prestigiosa, moderna y segura embarcación de nombre “Ticse”. Sorpresa me llevé cuando me encontré con una nave fluvial un tanto destartalada, pero que aun funcionaba. Noté la presencia de algunos de los trabajadores de la municipalidad a la cual yo brindaba mis servicios como funcionario. Me acerqué a uno de ellos para no estar solo.

-¿Hola Manuel, como estas?- saludé muy vigoroso a uno de los muchachos que vestía un pantalón jean y una camisa con motivos étnicos.

-Hola “chutador”, buenas tardes- me respondió el saludo. Aquella palabra “chutador” estaba hablada en su lenguaje nativo, en idioma shipibo, y significaba mujeriego, fornicador, el máximo culeador (mención que no era lo alcanzado por mí, pero me alegraba al escucharlo).

-¿Ya llegó el gerente?- pregunté.

-Aun no llega el bigotón… pero ya estamos metiendo al “Ticse” todos los víveres que compramos para el almuerzo de mañana allá en Roaboya Mestiza…

-Ah, qué bueno Manuelito… y dime, ¿ya te instalaste? ¿Ya amarraste tu hamaca?...

-Ya, hace rato nomas… apenas llegué- me respondió.

-¿Habrás dejado un espacio para colgar mi hamaquita, no es así?- pregunté con cierta gracia.

-Ja, ja, ja… claro pues “chutador”… faltaba más… más bien, apúrate antes que te ganen el sitio- respondió aquel personaje pintoresco.

-¡Sabias palabras Manuelín!- respondí e ingresé a aquella embarcación que nos llevaría rumbo al centro poblado de Roaboya Mestiza. Aquel lugar era uno de los principales pueblos de la jurisdicción del distrito de Padre Márquez en la cual se iba a llevar a cabo la rendición pública de cuentas.

Una vez dentro de las fauces de aquella nave traté de lidiar entre los espacios angostos, en medio de las demás hamacas y así poder atar la mía, consiguiendo vencer a un par de ellas y lograr mi objetivo. Aunque descansar (dormir) en ese tipo de viajes iba a resultar incomodo (al menos para mí).

Antes de viajar, pregunté al timonel de la embarcación -Amiguito, dime ¿a qué hora estaremos zarpando?...

-Dentro de media hora amigo- me respondió. Eran las siete de la noche. Una hora más tarde de lo que se había planeado.

-Bueno, quiere decir que puedo ir a comprar mi cena para ir comiendo por el camino, ¿no es así?- pregunté.

-Sí, sí- me respondió.

Al salir de la lancha, pregunté nuevamente a Manuel si Joaquín había llegado, dándome una negativa como respuesta.

Me dirigí raudamente a la plaza de armas de Yarina (a escasas cuatro cuadras de donde nos encontrábamos) y llegué a una de las pollerías más concurridas. Me acerqué al mostrador y pedí un cuarto de pollo para llevar. Vergonzosamente me enviaron a caja a hacer mi cancelación respectiva y regresar con el ticket para reclamar mi pedido.

-Buenas noches amiguita, cóbrate por un cuarto de pollo a la brasa- dije a la cajera.

-¡Ya!- respondió agarrando el dinero que le había proporcionado.

-Agrega también (a la cuenta) una botella grande de Frugos- dije.

-¡Ya!- respondió.

-Y una Copa de D’Onofrio, también para llevar…

-¡Ya!- volvió a responder.

No hice ningún otro pedido. Me sentía un tanto traumado por la respuesta de aquella señorita de caja, preguntándome si tan solo sabia decir aquella palabra “ya”. Quedándome en la duda (hasta ahora).

Al regresar al “Ticse” noté la presencia de un mostacho sobresaliente entre los demás personajes que aguardaban la salida de la embarcación.

-¡Edú!- me dijo -¿Ya te instalaste?...

-Hola Joaquincito… si, ya lo hice… hace aproximadamente una hora y media- respondí.

-Ja, ja, ja… yo vengo siempre a esta hora… Estos huevones siempre salen tarde… nunca son puntuales… (…)… Veo que trajiste la cena… je, je, je… vamos a cenar bien… je, je, je…

-(¿Vamos?)- dije entre mí.

Subí y deje mis compras al costado de mis pertenencias. Luego baje al lado de mis compañeros que se encontraban fuera de la embarcación. Al poco rato se escuchó el aviso de alerta de que pronto estaríamos partiendo del puerto de Yarinacocha rumbo a Roaboya Mestiza. Eran las ocho de la noche.

-¡Puta madre!… ¡estamos atrasados carajo!- dijo Joaquín.

-Hablando de atrasados, no vi por ningún lado a Augusto- dije, notando la incomodidad de Joaquín.

-Ese concha de su madre me está llegando a la punta del pincho… (…)… Hace un instante acaba de llamarme para detener a la embarcación hasta que el llegue… y carajo, tenemos que esperarlo porque su exposición es la más importante… ahí están todos los datos de lo que gastamos en el transcurso del año… si no, de que nos sirven mostrar solo las diapositivas con fotografías y cuadros estadísticos, si lo que la población quiere es ver cifras, cantidades… Estos nativos no son ningunos cojudos… son más vivos que nosotros…

-¡Señor Joaquín!… ¡ya estamos listos para salir!- dijo el timonel del “Ticse”.

-¡Esperemos un momento más amigo!- respondió.

-Es mejor que subamos… Ya está viniendo el pelo duro- dije.

A lo lejos se notaba la parsimonia de Augusto al llegar a la embarcación.

-Carajo… ¡AUGUSTO, APURATE!- gritó Joaquín, agilizando (solo un poco) la velocidad de Augusto.

-Je, je, je… disculpen compañeros… se me hizo un poco tarde, ahora si podemos irnos- dijo Augusto descarada y sínicamente.

Joaquín subió silenciosamente, mordiéndose los dientes para no explotar ante cualquier cosa que se le atravesase delante de él.

CONTINUARÁ...