viernes, 11 de noviembre de 2011

PARTE 06

Detuve la conversación al sentir un vibrar en mi cintura.

-Disculpa monga, tengo una llamada por el celular…

-¡Ok!- respondió Maricarmen presionando el botón de pausa en el mp3.

Al terminar la llamada telefónica, la miré tiernamente a Maricarmen cuando aun comía el helado de tres bolas.

-¡Que!- dijo Maricarmen.

-Te gusta, ¿no es así?...

-¿El helado?…

-También…

-Ja, ja, ja… Sí… está agradable… y… ¿con quién hablaste por el celular?- preguntó Maricarmen.

-Con mi jefe… con Joaquín Vargas, un gran amigo mío que es el gerente municipal en donde trabajo…

-¿Y qué quería?…

-Hacerme recordar que mañana tenemos chamba, ya que esta semana (a más tardar el viernes) estaremos viajando por el rio…

-¿Así?... o sea… ¿me dejarás sola?... y… ¿Por cuánto tiempo?...

-Solo serán dos o tres días como máximo…

-¿No me puedes llevar?...

-Sería lindo llevarte… déjame preguntarle a Joaquín si podemos hacer eso…

-No… era una broma… tengo pánico de solo pensar en viajar por el rio… soy súper maricona para ese tipo de recorridos… Lo dejo ahí mi querido mongo…

-No sabes de lo que te pierdes…

-Quedará en la incógnita…

-Terminemos nuestros helados y vayamos al hotel… Creo que por hoy basta con las historias…

-(…)… Esta bonita… me gusta…

-Gracias…

Seguimos comiendo los helados. No había nada más que contar en esa noche.

Por la mañana, llegando a la oficina de coordinación, encontré a todos en una completa revolución, llevando documentos hacia la oficina de la gerencia municipal.

-¿Donde está Edú?… ¿aun no llega?- preguntó el gerente.

-Acá estoy Joaquincito- respondí asomando levemente mi cabeza por la puerta gerencial.

-Compadrito, comencemos a trabajar ahorita mismo con las diapositivas…

-¿Que fue lo que sucedió? ¿Porque tanto apuro?- pregunté.

-El Alcalde decidió que todos viajaremos el día de hoy… El muy puto adelantó la reunión para la rendición pública de cuentas… y ya todos los pueblos están avisados… Estamos saliendo a las seis de la tarde por el puerto de Yarina… así que tenemos poco tiempo para hacer las tres diapositivas, la de presupuestos, la del contador y la mía…

-Joaquín, la tuya la hacemos en un toque… además tenemos todo listo solo para colocarlo en Power Point… Ahora con lo que respecta a lo de planificación, podemos adjuntarlo a la exposición de Augusto… lo único que necesitaría es que él me pase sus archivos en Excel, para copiar los cuadros de lo que se tiene que exponer y listo…

-¡AUGUSTO!- llamó el gerente -¿Ya tienes listo los cuadros para la exposición?...

-Aun me falta unos cuantos cuadros más Joaquín… es cuestión de unos cuantos minutos más…

-No pues Augusto, esa información te la estoy pidiendo desde la semana pasada y aun no la terminas… El Alcalde está molesto por esa demora… (…)… Dime dentro de cuánto tiempo estará lista la información para que se la pases a Edú…

-Yo haré mi presentación Joaquín, no es necesario que Edú lo haga…

-Es que él lo hace mucho mas rápido pues compadrito… eso es lo que queremos… agilidad…

El contador sonrió fingidamente, poniendo en evidencia su incomodidad y disconformidad ante lo expuesto por Joaquín.

-Mejor retírate Augusto y termina con tu trabajo… no quiero complicaciones cuando estemos frente a los pobladores el día que iniciemos con las exposiciones- dijo Joaquín.

Augusto nuevamente sonrió y salió de aquella oficina.

-¿No crees que lo estas tratando duramente?- pregunté a Joaquín.

-Todos sabemos que ese huevón quiere mi puesto… desde antes… incluso cuando estaba el antiguo administrador, Augusto hablaba mal de él… y eso todos lo saben…

-Bueno… dejémonos de vainas y trabajemos en tu exposición… necesito datos, cuadros y fotos para poder dar una buena impresión, tu sabes que por los ojos entra todo…

-Hablando de entrar, hoy conocí a la nueva secretaria de alcaldía… esta buena la maldita…

-Claro… algo me estuvo comentando Noelia… ella me dijo que iba a conseguir a alguien para reemplazarla…

-Pero no fue ella la que la trajo…

-Entonces ¿quién lo hizo?- pregunté.

-Fue la esposa del Alcalde…

-¿Así?...

-Sí… tengo entendido que es la ahijada de la señora…

-Huy curuju… ese tipo de tentaciones son las que más me atraen…

-Vamos a ver si esta secretaria también cae en tus redes- dijo Joaquín.

-Y ¿Dónde está?- pregunté.

-Ella ya viajó con el Alcalde el día de hoy, muy temprano… Nosotros salimos hoy por la noche y estaremos llegando mañana por la madrugada, directamente a instalar todo para la rendición pública de cuentas…

-¿Quiere decir que mañana comenzaremos con la chamba hasta el día viernes?- pregunté.

-A más tardar el viernes estaríamos regresando a la civilización…

-Que bueno… (…)… Oe loquillo… tengo una preguntita que hacerte…

-Dime cumpita- respondió.

-Tengo una amiguita que vino de Lima a hacer un proyecto de investigación, además es periodista, y quería preguntarte si es que pudiese llevarla por el rio en este viaje- pregunté.

-Claro pues… no hay problema… llévala nomas… y si puede sacar una notita sobre la rendición, mucho mejor…

-Ok…trataré de convencerla, porque es una maricona con lo que son viajes por el rio…

-¿Es tu amiga o tu hembrita?...

-Fue mi enamorada hace muchos años atrás; pero aun nuestra amistad quedó fuerte, solida…

-O sea, sigue siendo tu culito…

-Ja, ja, ja… Para serte franco, siento una gran tentación cuando estoy con ella… ganas no me faltan de agarrarla, besarla y llevarla a la cama… Es una diosa completa… es inteligente, agraciada, directa… pero tiene un defecto…

-¿Cuál es?- me preguntó.

-Está comprometida con un gringuito y se va a casar dentro de poco…

-Je, je, je… Y desde cuando eso es un impedimento para ti…

-El detalle es que la quiero como mierda… y quiero que sea feliz… y sé que si vuelve a pasar algo entre nosotros, cambiaría todo en sus decisiones… y no deseo eso…

-Bueno… dejémonos de conversaciones mariconescas y terminemos nuestro trabajo…

Joaquín trajo todos los datos que tenía a la mano y algunos otros que tenía en la computadora. Consiguió (también) algunas fotografías de las obras que se habían realizado en el transcurso del año, solo habían que escanearlas y agregarlas a la presentación en Power Point. Luego de un par de horas la labor de ambos había concluido.

-Bueno compadrito, soy fuga…

-¿Ya terminaste con mi presentación?- me preguntó.

-Sí… ya esta lista y también ya la grabé en un cd y en mi usb para mas seguridad…

-¿Y que con la presentación del pelo duro?...

-No lo sé…

-¡AUGUSTO!- gritó Joaquín.

-Dime compañero- dijo el contador ingresando a la oficina.

-¿Terminaste con lo tuyo?...

-Aun Joaquín… solo me faltan unos cuantos puntitos y termino…

-No jodas pues Augusto, hoy estamos viajando si o si, y no por tu irresponsabilidad vamos a jodernos… No sé cómo vas a terminar tu exposición, pero lo quiero YA… Esta oficina se cerrará dentro de una hora… tu ve como lo haces… pero nadie se quedará acá…

-No te preocupes Joaquín, estará listo en unos momentos- dijo avergonzado retirándose de aquella oficina.

-¿No crees que se te pasó la mano con Augusto?- pregunté a Joaquín.

-Sí… un poco… pero ya está hecho… Además, se lo merece por cojudo- me respondió.

-Bueno cholito, voy a mi casa a hacer mi maleta para el viaje… Mis padres aun no saben que viajaremos el día de hoy…

-Me imagino… mi mujer tampoco sabe sobre este viajecito imprevisto...

-Entonces, nos vemos a las seis en el puerto de Yarina…

-Perfecto… (…)… Ah, Edú… me olvidé decirte que la embarcación en la que vamos a viajar se llama “Ticse”- dijo Joaquín.

-Gracias- dije y me retiré rumbo a mi casa a preparar mi maleta para el respectivo viaje de tres días.

Al llegar a mi casa, avisé a mis padres que el viaje se había adelantado y que saldría hoy mismo a las seis de la tarde. Mi madre siempre abnegada me ayudó a empacar mis cosas. Lo más elemental cuando viajaba por el rio era llevar una hamaca para dormir en el trayecto, la cual amarrábamos de cualquier columna que encontrásemos a la vista, siendo incluso (muy a menudo) más rápidos que los otros compañeros de viaje al encontrar un espacio para atar nuestras respectivas camas aéreas. A parte de ello teníamos que tener una manta que sirva de cobija para protegernos del frio que reina en las noches fluviales (aparte de los mosquitos y zancudos que siempre joden). Algunos de los viajeros osaban en tender en el suelo una colchoneta delgada para estar mucho más cómodos al momento de dormir, pero siempre eran pisados por las personas que descendían de la embarcación al llegar a sus respectivos destinos antes del nuestro. Otro accesorio primordial, era llevar siempre un mosquitero ligero, debido a que en los centros poblados o caseríos a los cuales visitábamos estaban invadidos de zancudos, mosquitos y demás bichos existentes. Yo llevaba los tres elementos (hamaca, colchoneta y mosquitero), además de un sleeping bag que me protegía del implacable frio y de los insectos nocturnos. Otra cosa necesaria en mis pertenencias era el infaltable perfume para oler seductoramente ante los pobladores y pobladoras (mas a jóvenes pobladoras) que a pesar de que estaban remotamente ubicadas en los mapas cartográficos, existían ciertas bondades femeninas de atracciones carnales y lujuriosas que uno no podía dejar pasar por alto. Cómplices de aquello éramos Joaquín y yo que caíamos cautivados ante los encantos de la selva virgen y fluvial.

Antes de viajar llamé al celular de Maricarmen para avisarle de mi repentino viaje. Sabía que ella lo iba a entender y a tomar de la mejor forma.

-¿No jodas huevón… y recién ahora me lo dices, faltando escasamente media hora para que viajes?...

-Monguita, es que justamente hoy me avisaron que saldríamos…

-Pero… ¿y ahora qué hago?... no conozco nada de Pucallpa… ¿por cuantos días estarás fuera?...

-¡Serán unos tres días como máximo!- respondí.

-Hoy es martes… o sea, ¿estarás de vuelta el jueves?...

-A más tardar el viernes…

-Para colmo…

-Yo te invité a que vengas conmigo… y… aun está en pie la oferta… ¿qué dices?…

-No Educito… tú sabes que soy demasiada maricona para esos tipos de viajes… (Más bien) discúlpame por no entender tu posición, sé que es tu trabajo y no puedo interponerme en ello… ¿sorry, si?...

-Y que harás hasta el momento que regrese…

-Mmm… visitaré a Arturo…

-Muy buena idea, el te puede hacer conocer muchos lugares turísticos… se que la pasaras bien… incluso hasta te olvidaras de mi en estos tres días…

-No lo creo… pero haré el intento- dijo sonriendo.

-Bueno monguita, tengo que colgar… (Te llamaré cuando este en la embarcación)…

-¿Me lo prometes?...

-Claro que si mi monguita linda…

-Ok, esperaré tu llamada, mongo feo…

Al terminar mi llamada me despedí de mis padres, deseándome (ellos) como siempre un buen viaje y que este siempre alerta a cualquier accidente fluvial (de los pocos que ocurren por el rio, pero que ocurren, especialmente cuando el capitán de la embarcación es una bestia, afortunadamente siempre teníamos un buen piloto fluvial).

-¡Sitúate siempre al lado de los salvavidas!- eran los consejos que mis padres siempre me decían, ya que mi estilo de nadar era como botar una piedra en el agua (o sea ingresar, desaparecer y no salir).

Al llegar a mi destino (el puerto principal de Yarina), busqué a la prestigiosa, moderna y segura embarcación de nombre “Ticse”. Sorpresa me llevé cuando me encontré con una nave fluvial un tanto destartalada, pero que aun funcionaba. Noté la presencia de algunos de los trabajadores de la municipalidad a la cual yo brindaba mis servicios como funcionario. Me acerqué a uno de ellos para no estar solo.

-¿Hola Manuel, como estas?- saludé muy vigoroso a uno de los muchachos que vestía un pantalón jean y una camisa con motivos étnicos.

-Hola “chutador”, buenas tardes- me respondió el saludo. Aquella palabra “chutador” estaba hablada en su lenguaje nativo, en idioma shipibo, y significaba mujeriego, fornicador, el máximo culeador (mención que no era lo alcanzado por mí, pero me alegraba al escucharlo).

-¿Ya llegó el gerente?- pregunté.

-Aun no llega el bigotón… pero ya estamos metiendo al “Ticse” todos los víveres que compramos para el almuerzo de mañana allá en Roaboya Mestiza…

-Ah, qué bueno Manuelito… y dime, ¿ya te instalaste? ¿Ya amarraste tu hamaca?...

-Ya, hace rato nomas… apenas llegué- me respondió.

-¿Habrás dejado un espacio para colgar mi hamaquita, no es así?- pregunté con cierta gracia.

-Ja, ja, ja… claro pues “chutador”… faltaba más… más bien, apúrate antes que te ganen el sitio- respondió aquel personaje pintoresco.

-¡Sabias palabras Manuelín!- respondí e ingresé a aquella embarcación que nos llevaría rumbo al centro poblado de Roaboya Mestiza. Aquel lugar era uno de los principales pueblos de la jurisdicción del distrito de Padre Márquez en la cual se iba a llevar a cabo la rendición pública de cuentas.

Una vez dentro de las fauces de aquella nave traté de lidiar entre los espacios angostos, en medio de las demás hamacas y así poder atar la mía, consiguiendo vencer a un par de ellas y lograr mi objetivo. Aunque descansar (dormir) en ese tipo de viajes iba a resultar incomodo (al menos para mí).

Antes de viajar, pregunté al timonel de la embarcación -Amiguito, dime ¿a qué hora estaremos zarpando?...

-Dentro de media hora amigo- me respondió. Eran las siete de la noche. Una hora más tarde de lo que se había planeado.

-Bueno, quiere decir que puedo ir a comprar mi cena para ir comiendo por el camino, ¿no es así?- pregunté.

-Sí, sí- me respondió.

Al salir de la lancha, pregunté nuevamente a Manuel si Joaquín había llegado, dándome una negativa como respuesta.

Me dirigí raudamente a la plaza de armas de Yarina (a escasas cuatro cuadras de donde nos encontrábamos) y llegué a una de las pollerías más concurridas. Me acerqué al mostrador y pedí un cuarto de pollo para llevar. Vergonzosamente me enviaron a caja a hacer mi cancelación respectiva y regresar con el ticket para reclamar mi pedido.

-Buenas noches amiguita, cóbrate por un cuarto de pollo a la brasa- dije a la cajera.

-¡Ya!- respondió agarrando el dinero que le había proporcionado.

-Agrega también (a la cuenta) una botella grande de Frugos- dije.

-¡Ya!- respondió.

-Y una Copa de D’Onofrio, también para llevar…

-¡Ya!- volvió a responder.

No hice ningún otro pedido. Me sentía un tanto traumado por la respuesta de aquella señorita de caja, preguntándome si tan solo sabia decir aquella palabra “ya”. Quedándome en la duda (hasta ahora).

Al regresar al “Ticse” noté la presencia de un mostacho sobresaliente entre los demás personajes que aguardaban la salida de la embarcación.

-¡Edú!- me dijo -¿Ya te instalaste?...

-Hola Joaquincito… si, ya lo hice… hace aproximadamente una hora y media- respondí.

-Ja, ja, ja… yo vengo siempre a esta hora… Estos huevones siempre salen tarde… nunca son puntuales… (…)… Veo que trajiste la cena… je, je, je… vamos a cenar bien… je, je, je…

-(¿Vamos?)- dije entre mí.

Subí y deje mis compras al costado de mis pertenencias. Luego baje al lado de mis compañeros que se encontraban fuera de la embarcación. Al poco rato se escuchó el aviso de alerta de que pronto estaríamos partiendo del puerto de Yarinacocha rumbo a Roaboya Mestiza. Eran las ocho de la noche.

-¡Puta madre!… ¡estamos atrasados carajo!- dijo Joaquín.

-Hablando de atrasados, no vi por ningún lado a Augusto- dije, notando la incomodidad de Joaquín.

-Ese concha de su madre me está llegando a la punta del pincho… (…)… Hace un instante acaba de llamarme para detener a la embarcación hasta que el llegue… y carajo, tenemos que esperarlo porque su exposición es la más importante… ahí están todos los datos de lo que gastamos en el transcurso del año… si no, de que nos sirven mostrar solo las diapositivas con fotografías y cuadros estadísticos, si lo que la población quiere es ver cifras, cantidades… Estos nativos no son ningunos cojudos… son más vivos que nosotros…

-¡Señor Joaquín!… ¡ya estamos listos para salir!- dijo el timonel del “Ticse”.

-¡Esperemos un momento más amigo!- respondió.

-Es mejor que subamos… Ya está viniendo el pelo duro- dije.

A lo lejos se notaba la parsimonia de Augusto al llegar a la embarcación.

-Carajo… ¡AUGUSTO, APURATE!- gritó Joaquín, agilizando (solo un poco) la velocidad de Augusto.

-Je, je, je… disculpen compañeros… se me hizo un poco tarde, ahora si podemos irnos- dijo Augusto descarada y sínicamente.

Joaquín subió silenciosamente, mordiéndose los dientes para no explotar ante cualquier cosa que se le atravesase delante de él.

CONTINUARÁ...

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