viernes, 11 de noviembre de 2011

PARTE 04

-Cuídate ¿sí?... y maneja con cuidado…

-A propósito… ¿cuánto le diste al patita que cuidaba la moto?...

-Veinte luquitas… justo, por el tiempo que se quedó esperando a que nosotros regresáramos…

-Sí… (…)… yo pensé que no lo encontraría…

-Para que veas que aun existen personas honestas y justas…

-Aun monga… aun… pero hay que buscarlas con lupa…

-Bueno… ya tengo que entrar… (…)… maneja con cuidado ¿sí?...

-No te preocupes… lo haré…

-Chau monguito…

-Chau monguita…

Al iniciar la mañana, me levanté mucho antes que el despertador (como siempre lo hacía). Entré al baño para la respectiva ducha matinal. Luego, me dirigí a mi cuarto y me comencé a cambiarse de ropa. Me puse un pantalón jean, un polo a rayas, no muy llamativo y las zapatillas que usualmente utilizaba. Tomé el desayuno respectivo y me dirigí a mi centro de labores, ubicado en el centro de la ciudad. Al llegar, estacioné mi motocicleta y subí al segundo piso de aquella oficina de coordinación de la institución edil a la cual (yo) pertenecía.

-¡Buen día!- saludé a las personas que se encontraban en aquella oficina pequeña dividida en dos ambientes, una de ellas con tres escritorios y computadoras pertenecientes a las áreas de planificación, contabilidad y tesorería, y el otro ambiente al área de gerencia municipal y alcaldía.

-¡Edú!… el gerente estuvo preguntando por ti… quiere verte- dijo Noelia Vargas, secretaria de alcaldía.

-¡Ok!… voy ahora- respondí.

Me dirigí hacia la puerta que dividía los ambientes y tocó la puerta -¡Buenos días!- saludé al gerente municipal.

-¡Pasa compadrito!- respondió Joaquín Vargas, licenciado en administración de empresas, de apariencia gruesa, de baja estatura y con un sobresaliente bigote que lo hacía peculiar.

-¡Dime Joaquincito!… ¿para que soy bueno?- pregunté.

-Oye Edú, quiero que apoyes al nuevo patita que está en el puesto que yo ocupaba antes de estar en la gerencia municipal… (…)… Tú manyas todo lo referente a lo que es planificación y presupuestos… y el pata nuevo esta en nada… no sabe ni mierda…

-¿Y quién fue el bruto que lo trajo?- pregunté.

-Je, je, je… no fue ningún bruto… fui yo… je, je, je…

-¿Y porque lo trajiste si no sabe hacer ni mierda?…

-Es que el patita está pasando algunos problemas económicos… como todos lo hemos pasado alguna vez… entonces quise darle la mano…tú me entiendes…

-Claro Joaquín… no hay problema… cuenta conmigo…

-Recuerda también que este fin de semana estamos viajando por el rio para la exposición sobre la rendición de cuentas trimestrales… y tenemos que tener todo en orden… (…)… Ya el área de contabilidad, con el pelo duro, está quedando Ok… solo faltan darles algunos ajustes y tu ya te encargas de ponerlo en Power Point… (…)… Ojo que ahí tenemos que exponer, el quien te habla, el pelo duro del contador y el nuevo planificador…

-Espero que Augusto no me pase todo a última hora como siempre lo hace- dije refiriéndome al contador de aquella entidad municipal, Augusto García.

-Déjame llamarlo… (…)… ¡AUGUSTO!… ven un momento… (…)…

-Dime Joaquín…

-Oye pelo duro, como vas con el tema de la rendición de cuentas… mira que tenemos que viajar a más tardar el viernes…

-Ya está casi listo… solo faltan unas cuantas cositas, nada mas…

-Bueno… entonces, apenas termines con lo tuyo, le pasas toda tu información a Edú, para que lo convierta a Power Point…

-¡Yo también se hacerlo Joaquín!- dijo Augusto.

-¡Prefiero que lo haga Edú!…

-Je, je, je- respondió Augusto no tan satisfecho por aquella orden -No hay problema… apenas termine le paso la voz- dijo saliendo casi en el acto de aquella oficina.

-¡Noté su disconformidad con la orden que diste!- dije.

-Que chucha compadrito… acá el jefe soy yo, después del Alcalde… y si no le gusta tiene las puertas abiertas para irse… así de fácil…

-Bueno… (…)… y cambiando de tema… como se llama el tipo que está ocupando tu antiguo puesto…

-Se llama Rafael Quintana… trabajaba antes en la municipalidad provincial acá en Pucallpa… pero esos hijos de puta lo sacaron por las huevas, después de muchos años de trabajar ahí… (…)… Son unas basuras esos huevones… (…)… Es por eso que le estoy dando la mano… (…)… Rafael es buena gente… ya lo conocerás mejor…

-Bueno… si tú lo dices…

-Ya verás cumpita… preséntate con el… dile quien eres… y ayúdalo al hombre…

-¡Bueno Joaquincito, veré que podemos rescatar de tu amiguito!- dije sonriendo y saliendo de la oficina de la gerencia.

-¡Ya luego te llamo para tomar un par de chelitas saliendo de la chamba!- respondió Joaquín.

Salí de la oficina y me dirigí donde estaba Noelia.

-¿Que quería el bigotón?- me preguntó.

-Que le apoye al nuevo con lo del presupuesto… y de paso para ir trabajando con las exposiciones para la rendición de cuentas- respondí.

-Cierto… viajaran este viernes…

-Como que “viajaran”… (…)… ¿tú no iras?...

-No Educito… estoy presentando mi carta de renuncia…

-¡¿Y eso porque?!… ¿acaso te han acosado?... mira que yo aun no lo hago- dije sonriente.

-No… nada de eso… lo que sucede es que recibí una muy buena oferta de trabajo en otra municipalidad, con un cargo más alto del que tengo acá… y no puedo desperdiciarlo… oportunidades así no hay dejarlas pasar…

-Si es por tu mejoría, entonces tienes que ver lo mejor para ti…

-Así es… además, ya hable con el Alcalde… y le expliqué cómo son las cosas… (…)… gracias a Dios, él comprendió y aceptó mi decisión… (…)… pero, con la condición de que encuentre una nueva secretaria que esté dispuesta a trabajar como yo lo hice… (…)… o sea, que vaya a vivir por el rio y que venga a la ciudad cada vez que pueda… fácil ¿no?...

-Tan fácil como contar las arenas del desierto- respondí.

-Ahora lo que tengo que hacer es encontrar a alguna cojuda que acepte esta chamba… (…)… así que, manos a la obra… (…)… Ya regreso…

-Ok… yo mientras tanto veré que hago- dije.

Aquella oficina era la conexión entre el distrito de Padre Márquez y la civilización, ya que aquel distrito quedaba ubicado a orillas del rio Ucayali, navegando ocho horas en grandes embarcaciones, diez en medianas y doce en pequeñas, desde la ciudad de Pucallpa. Aquel distrito pertenecía al departamento de Loreto, tenía como capital al pueblo de Tiruntán.

-¡Buenos días!- se escuchó una voz fuerte, de mando. Era la voz de la máxima autoridad edil, un tipo alto, de rasgos muy pronunciados inclinados a lo autóctono, ya que era netamente de la etnia shipiba, iba custodiado por un guardaespaldas de apariencia seria y ruda.

-¡Señor Alcalde, buenos días!- se escucharon los saludos de los trabajadores ante su presencia.

-Edú… como está el “terror de las secretarias”- saludó el Alcalde.

-¡Buenos días, señor Alcalde!- respondí.

Aquella autoridad me dio una palmada en el hombro y se dirigió a su despacho, ocupado en ese momento por el gerente municipal. Mientras los demás trabajadores se ponían agiles en sus trabajos. Al poco tiempo de estar ambas autoridades en aquella oficina, salieron sin decir una sola palabra a los demás trabajadores.

-¡Edú!- dijo el gerente municipal -¡Entra a la oficina y quédate ahí para que nadie más se meta en la computadora!… tú sabes… tenemos material que solo puede ser visto por personal de confianza…

-No te preocupes Joaquincito… nadie estará ahí, más que yo- respondí.

-Gracias cumpita…

Luego de eso, ingresé al despacho principal y me situé frente a la computadora. Comencé a descargar música. Revisé mi correo electrónico. Visité videos graciosos en la página web del YouTube. Respondí algunos correos electrónicos que parecían agradables y a algunas personas que no tenía mucho contacto con ellas. Ingresé al messenger y me puse a chatear un rato, mientras el tiempo seguía su curso. Llegada la una de la tarde, tiempo en que debían de salir a almorzar. Salí de aquella oficina y la cerré de tal forma que nadie más pueda ingresar.

-¡Compañero, que has hecho!- dijo Augusto.

-Por qué cumpita… ¿qué pasó?- respondí.

-No le hubieras puesto el seguro…

-¿Por qué?- pregunté.

-Es que tenía que sacar una información de la máquina de Joaquín… y ahora me voy a atrasar como mierda…

-Pero fácil pues Augusto… Joaquín estará por venir en unos momentos y le pides personalmente a él- dije.

-No pues… así no es… me estás haciendo retrasar… y luego las quejas van donde mi…

-En tal caso me lo hubieras pedido antes de salir, ¿no te parece?... además, me dieron la orden de que nadie más ingrese a la computadora de la gerencia…

-(…)… ¡Voy a hablar con el Alcalde!… ¡así no podemos trabajar!- dijo indignado aquel contador -¡Joaquín se toma muchas atribuciones que no le competen!…

-Bueno mi hermano… yo solo cumplo órdenes… (…)… nos vemos más tarde…

Bajé las escaleras dejando atrás a los comentarios violentos expuestos de aquel contador enfurecido por no dejar que ingrese a la maquina puesta en el despacho principal.

Salí a la zona de parqueo provisional que hay en las veredas de Jr. Raimondi, y le di cincuenta céntimos al muchacho que cuidaba las motos. Encendí mi vehículo y me dirigí a mi casa para almorzar. Al llegar a mi domicilio, luego de batallar con un implacable sol que le achicharraban los sesos, saludé a mis padres con un beso en la mejilla e ingresé a mi habitación a quitarme la ropa e ingresar rápidamente al baño para propinarme un remojón digno de un sediento en el desierto. Luego de ello nos sentamos alrededor de la mesa del comedor y almorzamos en familia. Terminando el alimento del medio día, regresé a mi cama y dormí una (pequeña) siesta. Al cabo de un momento (según yo) sonó el teléfono celular -¡Aló!- respondí.

-Edú… soy Joaquín… ¿dónde estás?…

-Joaquincito… que hay de nuevo…

-¿Dónde estás compadrito?…

-Estoy en mi casa… en mi cama…

-¿No vas a ir a la oficina?...

-¿Hay algo que hacer… a parte de huevear?...

-Ja, ja, ja… ¿no te dieron nada sobre las exposiciones?...

-Nada…

-¿Ni el pelo duro?...

-Nada…

-¡Concha de su madre!… (…)… ya déjalo ahí nomas… yo tampoco iré… ya mañana nos vemos…

-Ya cumpita… nos vemos mañana…

Miré somnoliento el reloj que tenía frente a mi cama y vi que eran las tres y treinta de la tarde -¡Carajo!… ¡Maricarmen!- dije en voz baja. Me desperecé un poco, fui a lavarme la cara. Me acerqué donde mi madre -¡Ya regreso!- dije.

-A dónde vas carajito, ¿si se puede saber?- preguntó sutilmente la Licenciada en Psicología y Educación, Señora Lucia Mariátegui De Suarez (mi madre).

-¡Voy a la casa de Koki!- respondí mintiendo.

-Sí… métele otra vez a Koki en tus perradas… (..)… te aseguro que él ni enterado está que supuestamente estas yendo a su casa…

Sonreí ante aquella verdad.

-Ya regreso… no demoro- dije y me despedí dándole un beso en la frente.

Nuevamente subí a mi moto, la encendí y enrumbé hacia el hotel donde se encontraba Maricarmen. Al llegar a dicho hotel, me acerqué a la recepcionista de turno y pregunté -¡Buenas tardes!… ¿se encontrará la señorita Maricarmen Mendoza?...

-¿Usted es el señor Suarez?- preguntó aquella recepcionista.

-Así es…

-La señorita Mendoza dejó dicho que si llegara usted, que pase a su habitación…

-Gracias cuero…

-¡No hay de que señor!- respondió la recepcionista con una sonrisa tímida y avergonzada.

Subí por las escaleras hacia el segundo piso de aquel hotel y fui a la habitación 203. Toqué la puerta y Maricarmen abrió mostrando siempre la misma sonrisa radiante.

-Hola monguita…

-Hola mongo… ya son las cinco de la tarde… Eres muy puntual…

-Sorry monga… pero me quedé dormido…

-¿En el trabajo?- preguntó.

-No… en mi casa…

-O sea… ¿preferiste dormir a venir a verme?...

-No comiences…

-Y dime… a donde vamos…

-Vamos a la casa de un gran amigo mío… se llama Arturo Reátegui… es dueño de una agencia de viajes y es experto en lo que son atractivos turísticos…

-¿Ya es tío?...

-Tendrá sus cuarenta años… por ahí… más o menos…

-Bueno… entonces vamos…

Salimos del hotel. Maricarmen dejó la llave de su habitación en la recepción. Y subimos a mi motocicleta, teniendo siempre ella un temor a las motos.

-Edú…

-Sí… ya lo sé… manejaré con cuidado…

-Sí… gracias…

En el trayecto, desde Yarinacocha hasta Pucallpa, el camino era suave con algunos ocasionales despistes debidos a los pequeños agujeros a lo largo de la pista. Llegamos a un semáforo en luz ámbar, y fui frenando el vehículo hasta detenerlo en rojo.

-¡Hola cuero!- se escuchó una voz femenina a mi costado.

Maricarmen volteo a ver quién era la tan educada señorita.

-¡Hola cuerito!- respondí -¿Cómo estás?… ¡qué bueno verte después de!…

-¡Dos semanas!- dijo aquella muchacha.

-Cierto… que rápido pasa el tiempo…

-Cuando nos vemos otra vez… mira que te debo una… esta vez yo que quedé en falta…

-¡Muy cierto!- respondí.

Aquella muchacha sonrió pícaramente y me envió un beso volado sin importar la presencia de Maricarmen.

El semáforo impertinente, cruel y despiadado no dio oportunidad para que pudiéramos seguir con la charla, y maléficamente cambió a verde.

-¡Cuero, te llamo más tarde!… ¡pero, contéstame!…

-¡Te prometo que esta vez sí lo haré!- respondí mientras aceleraba.

-¿Qué fue todo eso?- preguntó Maricarmen.

-Es una amiga a la que no veo hace…

-¡Dos semanas!- respondió Maricarmen en tono serio.

-Sí… en dos semanas… (…)… Que atenta estuviste…

-Acelera ¿quieres?...

-¿No que no te gusta la velocidad?...

-No me hagas cambiar de opinión y acelera…

Sonreí ante aquella escena de celos, sin decir una sola palabra al respecto. Al cabo de unos cuantos minutos más de recorrido, llegamos a la agencia de viajes Amazon World y al ingresar saludé a una de las señoritas trabajadoras de aquella empresa -¡Hola Stephany, buenas tardes!…

-¡Hola Edú!… ¡Buenas tardes!…

-¿Se encontrará el señor Arturo, por casualidad?...

-Sí… si se encuentra… déjame pasarle la voz para avisarle que te encuentras acá…

-Gracias…

-Veras que Arturo es un experto en cuestiones de lugares y atractivos turísticos, por no decir una de las pocas personas capaces de no hacerte perder en esta ciudad y alrededores- dije.

-Edú… puedes pasar- dijo aquella amable señorita.

-¡Vamos!- dije agarrando de la mano a Maricarmen.

En aquella oficina encontramos a un señor de apariencia juvenil, de tez morena, contextura delgada y muy amable a simple vista.

-¡Arturo, mi hermano, buenas tardes!- saludé con un fuerte abrazo y un beso en la mejilla.

-¡Como estas mi hermano, que bueno verte por esta tu humilde casa!- respondió Arturo siempre amable.

-¡Te presento a Maricarmen Mendoza, una excelente amiga y una de las pocas personas en la que puedo confiar!…

-¡Si es amiga tuya, entonces también es amiga mía!- respondió Arturo -¡Dime mi hermano, en que los puedo ayudar!…

-Maricarmen es periodista, y tiene un proyecto personal… pero, para ello necesita algo de inspiración…

-No hay problema… yo puedo ser una muy buena inspiración- dijo Arturo en tono coqueto.

-Je, je, je… No codicies la mujer de tu prójimo…

-Ah discúlpame, no sabía que eran enamorados…

-No… no somos enamorados- dije.

-¡Pero, lo fuimos!- respondió Maricarmen.

-Ah… bueno… entonces que tipo de inspiración necesitan- preguntó Arturo.

-Tú que eres el experto en lugares turísticos… necesitamos conocer lugares bonitos y tranquilos para poder dar rienda suelta a la imaginación…

CONTINUARÁ...

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