viernes, 11 de noviembre de 2011

PARTE 14

-¡Ok!… ¿Qué es lo que me prepararás?...

-Ah, que rico… o sea, ¿yo sola haré la cena?...

-¡Yo cocino y tú me das un premio!- dije.

-¡Trato hecho!- respondió sin pensarlo dos veces.

Invadí sutilmente aquella cocina y rebusqué en el stand de víveres algo que preparar. A lo que encontré solamente huevos, harina, papas, plátanos y algunas cebollas -¡Prepararé unas torrejas fritas como las hacia mi abuelita!- dije tratando de impresionarla. A lo que ella solo sonrió. Me esmeré en prepararlos quedando al final deliciosos (sin exageración). La presentación de aquel platillo estuvo acompañada con unas papitas fritas y una coca cola heladita.

-¡Mmm!¡Veo que sabes cocinar!- me dijo al terminar su ración de torrejas fritas.

-¡Pues, no me muero de hambre si eso tratas de decir!…

-¡Creo que te hiciste merecedor de un premio!- dijo muy coqueta acercándose lentamente como una gata en celo, meneando la cola y mirándome fijamente a los ojos. Comenzamos a besarnos lentamente. Mis manos recorrían cada milímetro de su escultural cuerpo agitando cada vez más los latidos de su corazón causando en mí una excitación fuera de sentido. Su respiración era cada vez más sonora y los besos más violentos y húmedos. Sabíamos que estábamos solos. Sabíamos a lo que eso llevaría. Sabíamos que estábamos haciendo mal, ella tenía enamorado. No nos importó. Por unos instantes abrí mis ojos para poder ubicarme y llevarla a algún lugar más cómodo y dar rienda suelta a nuestras más impúdicas pasiones. A lo que observé una escalera que llevaba al segundo piso de la casa donde se encontraban las habitaciones. Torpemente, aun besándola, la conduje hasta los límites de las gradas. Tropezamos y quedamos arrimados encima de la escalerilla, aun besándonos y manoseándonos -¡Ahí no!- me dijo continuando con aquel jugueteo de lenguas y manos -¡Acá abajo hay una camita donde duerme mi papá cada vez que trabaja hasta tarde!- fue cuando ella me condujo ágilmente hacia donde estaba la pequeña habitación entre fierros oxidados y olor a aceite quemado y grasa para motores. Magistralmente comenzamos a desprendernos de nuestras prendas, sin dejar de besarnos. Ahora no había más zancudos ni otros bichos que nos interrumpieran. Aquel pequeño vestido rosado cayó al suelo dejándola en la diminuta tanguita de color rojo. No llevaba puesto el brasier y mostraba unas tetas duras y levantadas con pequeños pezones en punta. Como por arte de magia aquellas bragas y mis ropajes desaparecieron de nosotros en un abrir y cerrar de ojos. Nuestros cuerpos se confundieron entre besos, caricias y sudor durante muchos minutos -¡Te amo!- me dijo al terminar -¡No mientas!- le dije siendo un poco cruel con mi respuesta -¡No puedes amarme así de fácil! ¡Es demasiado rápido para decirlo!- concluí diciendo y acariciando sus cabellos lacios y aun mojados por el sudor.

-¡Es hora de irme!…

-¡Te tienes que ir! ¿No te puedes quedar un ratito más?- me dijo.

-¡Claro que sí!- respondí y seguimos echados desnudos en aquella cama rodeada de fierros y grasa.
-¿A qué hora llegaste?- preguntó mi madre mientras desayunábamos.

-Mmm… ¿no recuerdo?- fue mi respuesta.

-¿No recuerdo?¡Carajito! ¡Estuvimos preocupados ya que vino a buscarte tu amigo Joaquín, el de la municipalidad! Y como no contestabas tu celular, más nos preocupaste…

-Es que se me acabó la batería del celular…

-¡Carajito, si vas a hacer tus perradas, avísanos para no estar esperándote con la comida caliente!…

-(¡Lo tendré en cuenta para la próxima!)- pensé. Aunque cenar a la una de la madrugada siempre me cayó bien.

Luego de mi revenda puteada maternal y matinal, fui a mi centro laboral a redactar el informe que aún no había hecho. Como siempre fui más temprano que Joaquín, y me encerré en la oficina de gerencia y alcaldía. No había mucho que redactar, todo estaba en imágenes digitales adjuntas al informe.

-¿Cumpa, hiciste el informe?- preguntó Joaquín.

-¡Desde luego!- respondí -¡Con imágenes incluidas!...

-¡Te pasaste!...

Siempre hubo un respeto entre ambos, desde el día en que nos conocimos (aunque suene a mariconada). Entre Joaquín y yo había un apoyo incondicional, sin jodernos ante chismes que siempre invadían dentro de la oficina tratando de fragmentar la confianza entre ambos. Había una gran amistad.

-¡Buenos días!- escuché el saludo de una voz fina y coqueta al ingresar a la oficina de coordinación.

-¡Hola Katy, buenos días!- respondió el saludo el gerente municipal -¿Cómo amaneciste?...

-¡Muy bien, y sobre todo, feliz!- respondió.

-¡Y a qué se debe esa felicidad!- preguntó Joaquín.

-¡Cosas lindas que me ocurrieron ayer!- respondió Katya -¡Y ya no sea chismoso señor Joaquín!...

-Ja, ja, ja… Con razón Edú también vino alegre- dijo Joaquín.

-¡Hola!- dijo Katy asomando su cabecita hacia el despacho de gerencia y alcaldía, siempre regalándome una sonrisa.

-¡Hola!- respondí también sonriendo.

-¿Es cierto que viniste feliz?- me preguntó.

-¡Parece que sí!- respondí.

-¿Y se puede saber por qué?...

-Pues, todo me está saliendo como debe de ser…

-¿No será que anoche la pasaste bien?...

-(¡Tuve mejores días!)- pensé -¡También!...

-¡Ah! También… ¡Con que esas tenemos! ¿No es así jovencito?... recibirás tu castigo correspondiente…

-¡Huy, qué miedo!...

Se acercó a mi lado y me dio un pequeño y fugaz beso en los labios, sin dar pie a que nos vean dentro de la oficina y comiencen con las habladurías de los chismosos y soplones.

-¡Suave, que los pueden ver!- dijo Joaquín ingresando a la oficina -¡Qué tal si no era yo el que ingresaba!... Ya saben las mierdas que son acá en esta municipalidad, y para todo buscan una excusa para joder a la gente… ¡Tengan más cuidado!...

-¡Gracias cumpita!- dije y Katya se sintió avergonzada ya que todos (en la oficina) sabíamos que ella tenía enamorado. Traté de cambiar la conversación y calmar el ambiente -¡Joaquín, revisa el informe que hice y dame tu visto bueno para dejarlo en el despacho del alcalde!...

-¡Cumpita, no tengo que revisar nada de lo que tú hagas! ¡Solo déjalo a Katy y si no hay más que hacer ya puedes ir a descansar!...

Entregué mi informe a Katy. No me dijo nada. No me miró a los ojos como siempre lo hacía. La vergüenza (aún) la invadía.

Seguimos esperando a que llegue el alcalde por un par de horas más. Al notar que ya era hora del almuerzo decidí terminar mi horario de trabajo -¡Bueno mi hermano, este “niño” tiene que retirarse!...

-¡Ya “terrible”!- respondió Joaquín -¡Te llamo más tarde para hacer algunas coordinaciones!...

-¡Ok!- respondí y me dirigí donde estaba Katy -¿Quieres que te lleve a tu casa?...

-¡No! No te preocupes, esperaré a que llegue el alcalde…

-¡Y, si no viene!...

-¡Vendrá!- respondió -¡Además, su esposa me invitó a almorzar!...

-¡Ok! Entonces nos vemos luego- dije.

-¡Yo te llamo!- me dijo. Acepté, teniendo en cuenta que tal vez no lo haría.

Salí de la oficina. Saqué la motocicleta del estacionamiento. Pagué los cincuenta céntimos a la persona que cuidaba el parking. Coloqué los audífonos al celular y busqué en mi repertorio de mp3 las canciones de Silvio Rodríguez, y puse una que me encantaba, “Sueño con una Noche de Verano”. Luego, me dirigí a casa para almorzar, mi estómago se retorcía de hambre. De pronto, sentí que mi cintura vibraba -(¡Acaso esas vibraciones eran las consecuencias de no estar almorzando a la hora indicada!)- pensé cojudamente en mis cinco minutos de lentitud mental. A lo que concluí ágilmente con el llamado de mi celular -¡Aló!...

-¡Mongo! ¿Dónde estás?...

-¡Monga! Estoy saliendo de la oficina…

-¿Ya almorzaste?...

-No, justamente estoy yendo a casa para almorzar…

-¡Almorcemos juntos!… ¡estoy sola!- me propuso. Acepté sin pensarlo dos veces y fui directamente a “Los Gavilanes”. Mi presencia en ese hotel se había hecho habitual en el corto tiempo de estancia de Maricarmen. No había necesidad de comunicarle que había llegado, simplemente pasaba directamente a su habitación -¡Toc toc! ¿Se encuentra la señorita monga?- dije parado fuera del cuarto -¡Pasa monguito, la puerta está abierta!- me dijo.

Al ingresar a la habitación, la encontré sentadita sobre la cama haciendo zapping en la televisión. Tenía puesto un jean apretadito y una blusita negra con el logo de Hard Rock Café -¡Se nota que no tienes nada más que hacer!- dije.

-¡Sonsonazo! ¡Como si conociera bien tu ciudad como para salir sola!.. ¡Además vine por ti! Para estar contigo y me ayudes con mi trabajo…

Solo sonreí sin decir una sola palabra -¿Almorzamos?- dijo abriendo extremadamente las líneas de los ojos y ensanchando una sonrisa de oreja a oreja.

-¡Vamos!- respondí. A lo que ella dio un salto de la cama y me agarró del brazo para salir rumbo al restaurante del hotel donde estaba hospedada. Al llegar a la zona de comida, nos ubicamos en una mesa cerca a la piscina. Miguel, el atento camarero que siempre atendía a Maricarmen vino a nuestro lado y pidió nuestras órdenes para almorzar. La monga pidió milanesa de pollo con ensalada de pepinos, palta y tomates. Yo, un bistec a lo pobre con ensalada de palta. Y de tomar una jarra de camu camu bien helada. Almorzamos casi en silencio, hablando solamente sobre lo que nos había ocurrido en el día. No me preguntó absolutamente nada de mi encuentro con Katya, con la “secretarita”, como ella la decía. Y si me hubiese preguntado, tampoco le hubiese dicho la verdad. Al terminar de almorzar, nos dirigimos a la habitación 203 -¿No quieres salir a desintoxicarte un poco?- propuse.

-¡No!- me dijo -¡Prefiero pedir una buena botella de vino y continuar con el proyecto!- No la contradije y así lo hicimos.

Al poco rato de hacer el pedido, nos trajeron una botella de vino dulce traído desde Tarapoto, acompañado por dos copas de vidrio. Serví en ambas copas un poco de aquel dulce licor. Luego, guardamos la botella en el friobar que había en la habitación.

-¡Mmm! ¡Esta riquísimo!- dijo dando un sorbo -¡Ahora, prosigamos con nuestro trabajo!- Sacó el mp3 que tenía guardado en uno de los cajones de la cabecera de su cama y lo encendió, para luego presionar el botón “play” y comenzar con la reproducción, para luego colocarla en una mesita de noche al costado de su cama.

-…Yo lo apoyaba dibujando algunos planos con los clásicos implementos de un ingeniero civil, y digo clásicos, porque en aquellos tiempos no se utilizaban las tecnologías que ahora se aplican como el AutoCAD, ArchiCAD y otras huevadas más, en aquellos tiempos usábamos: el tablero de dibujo, las escuadras, los escalímetros, las plantillas de instalaciones sanitarias y eléctricas, los lápices portaminas, los borradores blancos especiales, las plumillas de diferentes medidas utilizando preferentemente tinta china de la marca alemana Rotring… Ahí ganaba unos cuantos soles dibujando planos de instalaciones eléctricas e instalaciones sanitarias… lo que no recuerdo es en que gastaba lo que ganaba; pero, lo gastaba… (…)… ¿Aló?...-

-¡Fue ahí cuando la “secretarita” de alcaldía interrumpió!- dijo Maricarmen luego de presionar el botón “stop”.

-¡Sí, fue ahí!- dije recordando por un instante aquel día para luego continuar con mi relato.

-Luego de tanto relajo y plan hueveo, mis padres decidieron que tenía que ir a Lima para prepararme en una academia preuniversitaria e ingresar a la Universidad Nacional de Ingeniería, específicamente a la carrera de arquitectura, la cual no me gustaba; pero, como mi padre era ingeniero civil haría una dupla extraordinaria entre los dos… (…)… La decisión tomada fue que vaya a la casa de mi tía Deysi, hermana melliza de mi mamá… Ella vivía en Lima con su esposo, el tío Edgar, y con mis primitas, todas ellas mujeres comenzando por Marina, que era la mayor de todas y un año mayor que yo, hija del primer compromiso de mi tía, luego estaba Ana, Carlota, Carmen, Talía y Martita… Todos vivían en la casa de la tía abuela de mi mamá, la tía Bianca, de apariencia malvada cuando te miraba bajando los lentes de medida que llevaba puestos, como quien analizarte de pies a cabeza y sentenciarte si es que cometías algo malo dentro de sus dominios… Pero, en el fondo (muy en el fondo y tal vez rebuscando en la profundidad de sus sentimientos) era buena, o tal vez trataba de serlo aparentando algo delante de mí y haciendo lo contrario cuando no estaba presente… En el primer nivel de la casa vivían la tía Bianca y Marina, y en el segundo nivel estaban mis tíos y mis demás primas… (…)… Al llegar a la casa fui recibido por la tía Bianca y por Marina, luego bajaron mis tíos y primas… Fui la novedad en aquella casa que solo visitaba cuando estaba de vacaciones; pero, nunca como huésped… (…)… No quisieron cobrar por el hospedaje que iba a tener en aquella casa por ser “familia”; pero, de todas maneras mis padres enviaban desde Pucallpa unas buenas y descomunales encomiendas conteniendo todo tipo de carnes rojas, pescados y frutas de la selva… (…)… De pequeños, siempre hubo una muy buena química entre Marina y yo, coincidíamos siempre en muchas cosas, gustos, gestos y actos… Cada vez que iba con mi madre a Lima, de vacaciones, siempre íbamos a visitar a mi familia materna (aunque no me gustaba hacerlo) y siempre encontraba un poco más grande a Marina, manteniendo esa magia y coincidencias entre nosotros a pesar que no nos habíamos criados juntos… Y en esta nueva experiencia de vivir en la misma casa me hizo sentir bien por unos instantes ya que la vi más desarrollada (en todos los sentidos)… Hacia como tres o cuatro años que no nos veíamos… Yo tenía diecisiete años y Marina dieciocho, (ambos) habíamos cambiado física y desequilibradamente cerebral… Siempre hubo una atracción prohibida entre nosotros y tratábamos de ocultarlo ante los demás y más ante nosotros mismos…

Quedé callado por un momento recordando una de las tantas semanas que pasé en aquella casa cuando nuestra osadía llegó a su punto más alto, dejando a un lado el pudor y el tabú, sonreí ante ello.

-Recuerdo que en una ocasión, la quedé mirando fijamente cuando estábamos solos en la sala del primer piso… Casi siempre estábamos solos por las mañana y por las tardes, ya que la tía Bianca era asidua a la iglesia que quedaba cerca de la casa, fiel al evangelio y a la lectura bíblica (aunque nunca la practicaba con su familia), Marina era físicamente atractiva, aunque no es una supermodelo, de cara bonita (para mí) y (en aquellos tiempos) con un cuerpo bastante aceptable, sus senos eran pequeños aunque muy redonditos y bastante firmes, sus piernas eran un poco largas y delgadas...Todo comenzó cuando en un domingo (como muchos de los miles), la tía Bianca, tía Deysi, tío Edgar y todas mis pequeñas primas salieron con rumbo a la iglesia, dejándonos completamente solos…Aquel día, nos pusimos a conversar de todo lo que nos había pasado en el tiempo que no nos habíamos visto… si tenía enamorada, si había tenido relaciones sexuales, si me había drogado y otras sonseras más… Sabíamos que aquel enjambre religioso iba a demorarse en regresar, ya que a parte de la misa dominical, había un retiro familiar que duraría hasta la tarde… Marina sacó una botellita de vino que la tía Bianca tenía guardada en su habitación y nos pusimos a beber unas copas y a platicar recordando viejos tiempos (infantiles), en que éramos súper confidentes… Ella estaba en un sillón y yo en otro... de pronto, se le desabrochó un botón de la blusa que llevaba puesta, sin querer… obviamente me quede mirándola... Se notaba su brasier blanco y le dije que estaba enseñándome todo en manera de sarcasmo... y ella solo dijo -Pero ¿no te molesta verdad?- yo tímidamente le conteste -¡No! Es una vista privilegiada- ella se sonrojó y contestó -¿Te gustan?- yo asentí aunque estaba súper avergonzado porque nunca había hablado con mi prima de los senos de alguien y mucho menos de sus propios senos...o sea que estaba por primera vez aceptando (frente a ella) que me atraían sus pequeños atributos... Ella me dijo que lo sabía porque se había dado cuenta por la forma como la miraba... yo muerto de vergüenza iba a disculparme y me dijo -¡No te preocupes! Es más- para luego desabrocharse los demás botones de su blusa... yo estaba embobado con el espectáculo...estaba viéndola con su consentimiento en brasier... Era maravilloso, se veía una parte de sus pechos al descubierto, quería tocarlos, besarlos, chuparlos... Quería ver y sentir sus pezones... tenía una erección súper notoria...me acerqué al sillón donde estaba mi prima para tocar sus pechos y en cuanto rocé uno de ellos con mi mano... se volteó para zafarse y rápidamente agarró su blusa y se la colocó encima y me dijo -¡No chiquito!¡Puedes ver pero no tocar!¿Ok?- me pidió que la ayudara a abotonarse de nuevo y muy nervioso lo hice tratando de tocarlas disimuladamente, pero cualquier acercamiento extraño o roce de mi mano a su seno ella hacia alguna mueca para que me calmara... (cabe mencionar que ya estábamos medio ebrios y no era ni el medio día)... se fue para la cocina para cocinar algo, yo estaba en otra dimensión por lo que acababa de pasar... Nunca me imaginé que ella se iba a medio desnudar para que yo la admirara... pensé que se había molestado al notar mi erección y mis intenciones de tocarla... así que fui a la cocina y me paré tras ella y se lo pregunté, a lo que me contestó -Para nada...al contrario, me halagas, noté que estabas excitado- me acerqué más a ella y suavemente la tome de la cintura y las fui bajando hasta tener sus caderas en mis manos...las cuales apreté contra mí... Marina no oponía resistencia, seguía mi juego totalmente...de repente como que despertó nuevamente en mí la excitación y me dijo -¡Veo... más bien lo siento, que sigues excitado! ¿Verdad?... Así que mejor hagamos otra cosa ¿ok?- evidentemente ella sintió el bulto durísimo sobre sus nalgas... Fue a su cuarto y se encerró en ella...yo sabía que estaba molesta; pero, a su vez sabía que lo sucedido le agradaba aunque sea un poco... Como a los treinta minutos salió de su habitación se paró en la ventana de la sala y yo desde el sillón la miraba, miraba ese culito que tanto deseaba... y sus curvas deliciosamente marcada... miraba su sostén que yo sabía que detenían los pequeños pechos que me excitaban en este mundo...la veía tan cerca, pero a la vez tan lejos... me acerqué y la tome de los hombros, ella trato de zafarse, pero le dije que solo quería darle un masaje, porque la veía cansada...Ella asintió tiernamente... así estuve solo en los hombros y parte del cuello por un rato, ella se veía más relajada y poco a poco fui acercando mi cuerpo al suyo... Otra vez el bulto que llevaba en el calzoncillo se puso súper erecto rozando, más bien presionando sus nalgas, esta vez apretadas por su pantalón que le daba una forma suculenta... debajo del pantalón se marcaba su calzoncito que yo soñaba con quitarle… ella no oponía resistencia... se dejaba hacer los masajes a mi antojo... bajé las manos despacio, para tratar de alcanzar uno de sus pechos... y justo cuando lo rocé con el dedo medio ella se movió y cruzó los brazos para tapar esa zona que sabía me vuelve loco... subí las manos al punto donde estaban antes, era obvio que no quería que le agarrara los senos, pero si me quitaba, dejaría de sentir ese culo tan suave...así que decidí quedarme y seguir con el masaje...mi erección era muy notoria así que obviamente ya se había dado cuenta, es decir ya la había sentido por encima del pantalón presionando sus nalgas... mi duda era, ¿qué es lo que quiere? ¿O si realmente quería llegar más lejos? ¿O si solo disfrutaba el masaje? Pero... ¿por qué no me decía nada por la erección? ¿Por qué no se separaba un poco de mí? Era evidente que le agradaba... ¿pero, que estaba esperando?... Seguí sobándole el cuello hasta que decidí dar el siguiente paso... si no lo hacía tal vez no pasaría nada...era riesgoso, yo sabía, pero tenía que intentarlo... las consecuencias podían ser graves pero la recompensa era más grande y la lujuria me vencía... empecé a meter los dedos por el cuello de su blusa y a juguetear con el tirante de su brasier... nadie decía nada... el silencio se convertía en tensión... trataba de meter más mi mano por su blusa, aunque esta vez no alcanzaba a tocar su pecho... pero no hacía nada por quitarme de ahí... eso era buena señal... saqué la mano y comencé a bajarla de nuevo... al llegar a la cintura levanté un poco la blusa para meter mi mano debajo de ella... esta vez me llevé una gran sorpresa... desabrochó el ultimo botón para que pudiera meter la mano...¡No lo podía creer! Estaba accediendo a mi seducción... Metí la mano y al fin pude llegar a ese maravilloso pecho que tanto ansiaba acariciar… lo apretaba fuerte… era muy duro... trataba de meter la mano debajo del brasier pero estaba muy apretado... movía mi cadera para presionar la suya, como si me la estuviera cogiendo por atrás... ella seguía el juego... se movía rítmicamente aunque no decía palabra alguna... con una mano acariciaba su pecho y con la otra la presionaba fuertemente contra mí… ahora si no había discreción, todo era descarado... de repente ella se volteó hacia mí... me miró fijamente a los ojos... se notaba la lujuria en su mirada... se acercó a mí y me besó pero súper excitada... en medio del beso empecé a tocar todo su cuerpo, sus senos, sus nalgas y todo, ahora ya sin inhibiciones... ella hábilmente busco mi miembro viril por encima del pantalón y lo tomó con una mano y empezó a hacer movimientos suaves de arriba abajo... buscó el cierre y lo bajo rápidamente... metió su mano y con una habilidad magistral encontró el hueco en el calzoncillo y lo sacó entre su mano... lo acariciaba con cariño pero con una arrechura que me volvía loco... empecé a desabotonar su blusa hasta que esta solita cayó al suelo... por fin esos hermosos pechos estaban frente a mí... y con movimientos sexis me incitaba a desvestirla toda.... me quitó el polo y la tiró al suelo... por primera vez estaba con mi prima semidesnudo (bueno, los dos) y además envolviéndonos de lo lindo… rápidamente desabrochó mi pantalón y lo bajó hasta quitármelo completamente, yo hice lo mismo con el suyo, solo que este estaba muy apretado, me costó trabajo empezar a bajarlo... fue maravilloso ver el resorte de su calzoncito blanco y como iba apareciendo toda mientras yo bajaba su pantalón... ella no dejaba de masturbarme... acerqué mi cara hacia su sexo (claro sobre su calzoncito)... olía riquísimo... estando el pantalón en el suelo... me incorporé y lentamente llevé mis manos a su espalda para desabrochar su brasier... éste cayó al suelo y brotaron dos hermosísimos senos, eran más pequeños de lo que se veía, pero redondos y duros, firmes como rocas…Sus pezones estaban durísimos y rozados... Directamente llevé uno de ellos a mi boca, lo besaba, chupaba y mordía a ese delicioso pezón... ella lo disfrutaba mucho... Luego intentó quitarme el calzoncillo, empezando a bajarlo despacio... hábilmente logró quitármelo y lo echó al suelo... La tomé de las caderas y metí mis manos debajo de su ropa interior y empecé a bajarlas lentamente... ella suspiró... y completamente desnudos me jala hacia ella y se acercó a mí... Yo no dejaba de acariciarle los pechos y ella empezó a suspirar y gemir un poco... me dijo -¡Tengo dos meses sin hacer el amor! ¿y tú?- preguntó, a lo que ágilmente respondí -¡La última vez que lo hice fue con una puta barata, que no me hizo sentir ni mierda, ni siquiera con la mamada que me dio en octubre del año pasado, como regalo de cumpleaños!¡O sea hace seis meses!- sonrió y dijo -¿Entonces por eso tu ferviente calentura?- yo solo sonreí y le dije -¡Sí, por eso, además de que siempre he deseado hacer el amor contigo!- ella solo dijo -¡gracias! pues mira nada más la muñeca que te vas a comer!- señalando todo su cuerpo… Entre caricias y besos traté de asimilar, ella me guió hasta la entrada de su cavidad sexual y justo cuando estaba embutiéndola en un gemido enorme me preguntó -¿Traes condón?- e inmediatamente dije que no sin hacer mucho caso y seguí empujando pero ella se movió y resistió… Me preguntó -¿Y si quedo embarazada?- yo contesté que me vendría afuera y me dijo -¡No papito, así no me vas a agarrar, consigue un condón y luego vemos!- ágilmente me vestí y fui corriendo a la farmacia que quedaba a dos cuadras de la casa… No me demoré ni cinco en regresar a la casa cuando le dije que ya tenía los condones y me dijo que ahora no, porque la tía Bianca acababa de llamar por teléfono diciendo que ya estaban regresando a la casa… Así que nuestros planes se habían esfumado aquel domingo; pero, ya habíamos dado aquel primer paso a lo prohibido… Aquella tarde no nos dijimos nada, cada quien hizo lo suyo… yo subí al segundo piso, donde estaba hospedado y ella se quedó en el primer piso…Al otro día la tía Bianca me invitó a desayunar con ellas… no me gustaba la idea, pero fui de todas maneras para no despreciar la invitación… Hablamos de muchas cosas durante el desayuno y como dos expertos sínicos no evidenciamos lo que había sucedió un día antes… Aquel día lunes la pasé completamente ahí, en el primer piso, desayunamos, almorzamos y cenamos… estuve muy a gusto y cuando se podía nos besábamos o nos metíamos mano a escondidas… era muy fácil disimularlo… pero, a los mejores cazadores se les escapa la presa, en este caso a mí se me escapó la paloma y a mi prima se le escapó el pájaro… ya que la tía Bianca como buena vieja se las olía toda y ya no nos dejaba tanto tiempo a solas… Si salía a la iglesia, regresaba lo más rápido posible sin darnos tiempo a nada, si iba al mercado me pedía que la acompañe… No dejaba que el pecado se consuma… Algunas veces no nos percatábamos de que mis primas bajaban silenciosamente y nos encontraban en situaciones un tanto obvias y tratábamos de ocultarlo; pero, aquellas niñas eran exageradamente sabidas y era difícil confundirlas, por lo que tomamos otra opción, un plan, una estrategia, de esas que solo los grandes delincuentes la hacen, aunque eso conllevaría a no vernos tan seguido como lo hacíamos… Los celos de amor de hija fue nuestra opción más apropiada dando ver que su madre, mi tía Deysi, tenía más cortesía hacia mí que a ella… aunque en realidad, a ella no le importaba; pero, fue nuestra opción, nuestro plan, nuestra estrategia… (…)… Mi vida prosiguió… me inscribí en una academia preuniversitaria, ACUNI Prisma, donde solo los más cerebritos asistían… aquellos intelectuales, con los lentes tan gruesos como culo de botella de cerveza, que no tenían tiempo de ir al peluquero por estar metidos en los números…

CONTINUARÁ...

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