viernes, 11 de noviembre de 2011

PARTE 02

-¡Turista aburrida!- dije buscando entre las cosas de Maricarmen.

-Tú sabes que soy un poquito amante de la cama… en el buen sentido de la palabra…

-Nadie dijo lo contrario…

-Sí, pero conozco tus pensamientos mi querido mongo… (…)… Además, tengo para estar acá dos semanas… tiempo justo para conocer los principales atractivos de esta ciudad y para tener material para el libro… ¿sí o no?...

-Puede ser… (…)… Abre la puerta del baño, que ya encontré la ropa que me pediste…

-¡Gracias monguito!- dijo Maricarmen abriendo la puerta del baño mirándome a los ojos mientras sonreía.

-Oye… ¿y estás con alguien?...

-¡No!- respondí.

-¿No?... ¡No jodas!…

-No, no estoy con nadie vinculado sentimentalmente… por ahora…

-Ah, o sea tienes planes de estar con alguien…

-Puede que sí… puede que no… (…)… No quiero obligar al tiempo a decidir algo…

-¡Me parece bien!- dijo Maricarmen saliendo del baño con la ropa que le había proporcionado.

-¿Y tú… tienes enamorado o algo parecido?…

-(…)… Tengo enamorado… se llama Christopher… Christopher Johansson… llevo con él seis años y picos… (…)… Nos va bien, siempre con algunas peleítas, como es normal en las parejas, siempre arreglando las diferencias y tratando de no volverlas a cometer… pero ahí está lo bonito… creo… (…)… el próximo mes irá a casa a pedir oficialmente mi mano… pensamos casarnos para quincena de diciembre…

-¡Qué bonito!…. (…)… ¿lo amas?- pregunté.

-¡No me hagas esa pregunta Edú!- respondió.

-Para casarte con él, tienes que amarlo…

-¡¿Entonces, si lo sabes para que preguntas?!…

-¡Quiero escucharlo de tu boca!…

-(…)… Creo que… para yo haber aceptado casarme con el… tengo que amarlo… ¿no te parece?...

-¿Y porque titubeas?… ¿Por qué tiemblas al decírmelo?…

-¡Carajo… no me hagas dudar de mí!- dijo sonriendo.

-¡Ah!… ¡entonces no lo amas!…

-¡Sí!… lo amo… (…)… pero… no como a ti… (…)… Lo que pasamos nosotros, creo que nunca más se repetirá… al menos en mi vida… y a pesar del corto tiempo que estuvimos como enamorados… fuimos más amigos que pareja… Pero te amaba desde entonces… (…)… Y, ya dejemos de hablar huevadas…

-Lo nuestro no fue ninguna huevada…

-Lo sé Edú… es que… no quiero tocar ese tema… ¿Sí?- dijo Maricarmen.

-Está bien monguita… lo dejaremos ahí…

Maricarmen se sentó en la cama a mi lado jugando con el control remoto del televisor, haciendo zapping por todos los canales del cable.

-¡Ay!… son las misma huevadas de la semana pasada… ¿Te diste cuenta que durante dos semanas repiten las mismas películas en el cable?...

-¡Sí!… pero, que mas podemos hacer… a menos que quieras comprar películas piratas de estreno…

-Ni cagando… la gran mayoría de ellas son copia de la copia de las copias… digamos un 99% de ellas…

-¡Muy cierto!- dije -¡Oye!… ¿Qué hora es?...

-Déjame ver… (…)…son las siete y quince… me acompañas a cenar… yo invito…

-No seas tan cruel… deja que yo te invite- dije.

-No seas tan cruel, no busques mas pretextos- respondió cantando -Se nota que sigues siendo fanático de Soda Stereo…

-Ja, ja, ja… eso nadie me lo podrá quitar…

-Bueno Sodamaníaco, vamos al restaurant a comer algo…

-¡Pero, yo pago!- dije.

-Deja de ser machista… ya esas épocas quedaron en el siglo pasado… ahora nosotras también tenemos nuestro dinero en las carteras…

Salimos de la habitación y nos dirigimos al restaurant del mismo hotel en una parsimoniosa y silenciosa caminata por los pasadizos de aquel segundo piso.

-¡Pide nomas sin recelo!- dijo Maricarmen, mientras el camarero se acercaba a pedir la orden.

-¡Lo que tú pidas también será lo mío!- respondí.

-Mmm… eso es trampa- respondió Maricarmen -Mejor hagamos algo más bonito…

-¡No me digas que sacarás la monedita para decidir quien pide la comida!- dije mientras el camarero estaba parado al costado de la mesa.

-¡Sí!… ¿lo recuerdas?- respondió Maricarmen, mientras el camarero nos observada acojudado esperando que hagamos un pedido.

-Disculpen… si gustan regreso en un instante mientras deciden que pedir- dijo aquel camarero en un tono amable.

-¡No hace falta amigo!- dijo Maricarmen -¡Esto se soluciona en un segundo!…

Maricarmen sacó una moneda de un sol, la puso sobre la mesa y dijo -¡Cara o sello!…

-¡Escudo!- respondí.

-O sea… ¡sello!- dijo Maricarmen mientras tomaba la monedita y dio un tirón para hacerle dar vueltas sobre su eje ante la mirada tonta, cojuda y estúpida del camarero.

-¡Cara!- dije -Tu pides…

-¡Tramposo!…

-¡Suertudo!… ¡que es muy distinto!- respondí.

Maricarmen tomó la carta del menú y comenzó a leer los distintos platos selváticos que contenía.

-Bueno… entonces… pediré… mmm… no sé… ay… no lo sé… hay tantas cosas tan ricas que no me decido- dijo Maricarmen mirando inocentemente al camarero cojudo que nos acompañaba.

-¿Puedo recomendarle algo?- propuso el camarero.

-¡No!- respondió -¡Déjame castigarme por mi misma!…

Aquel camarero dio un pequeño suspiro y aguardó mostrando una sonrisa.

-Ay… creo que pediremos solo un par de cafés…

El camarero saco de su mandil un cuadernito de apuntes y anotó el pedido para luego retirarse.

-Oye carajito, eres una mierda… lo tuviste parado por un buen momento mientras decidías que pedir… al menos hubieras pedido otra cosa más…

-Ay Edú… tú sabes que no como en las noches… pero, estas comidas de nombres tan sugerentes son tan… provocativas de querer probarlas que… fácil caigo en la tentación de romper mi dieta…

-Esa es la comida de la selva… atractiva, sugerente, deliciosa…

-¡De la selva su comida!- dijo Maricarmen tratando de imitar el dejo selvático.

Al poco rato en camarero trajo las dos tazas de café.

-¡Acá tiene su pedido señorita!…

-¡Gracias amiguito!… ¡No te molestaste!… ¿o sí?- preguntó Maricarmen.

-¿Porque he de hacerlo?- respondió aquel mesero.

-Por haberte hecho esperar por mucho tiempo mientras decidía que pedir…

-No se preocupe señorita… ese es nuestro trabajo… que el cliente se sienta a gusto con nosotros- respondió.

-¿Cuál es su nombre?...

-¡Me llamo Miguel, para servirle!- respondió.

-¡Gracias Miguel!- dijo Maricarmen.

Luego en camarero dio media vuelta y se dirigió a atender la mesa siguiente. Tomamos el café en silencio mientras el clima caluroso iba cambiando repentinamente a frio.

-Bueno Marita, es hora de retirarme… tal parece que se aproxima una lluvia- dije.

-¿Y tú como lo sabes?… ¿acaso eres el meteorólogo oficial de Pucallpa?...

-¡No!… pero, cuando me pica el culo es señal de que caerá una llovizna- respondí.

-¡Grosero!… ¡Cómo me vas a decir eso!… ¡qué asco!… ¡cochino, asqueroso!… y demás sinónimos existentes…

-Lo que sea… es hora de irme… (…)… mañana vendré a sacarte de tu prisión e iremos a conocer algunos lugares atractivos…

-¡Perfecto!… entonces mañana comenzaremos también con mi trabajo… y no me digas que no…

-Me las sacaras a cucharadas… recuerda que no soy muy bueno para expresarme, ni mucho menos para contar mis cosas…

-¡Lo sé Educito!… ¡lo sé!- respondió Maricarmen.

-Ya es hora… (…)… Hasta mañana monga…

-(…)… Hasta mañana mongo…

A la mañana siguiente, llegué puntual al hotel donde se encontraba hospedada Maricarmen -¡Buenos días!- saludé a la recepcionista que se encontraba en aquel turno matutino-¿Puede avisar a la señorita Maricarmen Mendoza que la estoy esperando acá en la recepción?...

-Como no… ¿Cuál es su nombre por favor?- me preguntó.

-Claro… que tonto… mi nombre es Eduardo Suarez…

-En un instante le comunico… tome asiento por favor…

Me senté en un mueble ubicado en la sala de recepción de aquel hotel y agarré una revista de variedades para pasar el momento.

-Señor Suarez, en unos instantes la señorita Mendoza estará bajando de su habitación- dijo aquella muchacha.

-¡Gracias corazón!- respondí.

Seguí leyendo la revista que había agarrado y al poco tiempo llegué a la última página. Me levanté y agarré otra revista, la cual nuevamente, al poco rato culminé de leerla. Luego otra revista más, pero esta vez solo para mirar las fotografías de la parte social, ya estaba cansado de leer demasiado. Al culminar la sexta y última revista que tenían en la mesita de centro de la sala de espera apareció Maricarmen.

-¡Hola Edú!- me saludo cariñosamente.

-¡Hola Marita!… por lo visto sigues con las mismas manías de siempre…

-¡Cómo es eso!… ¡a que te refieres!- respondió.

-Me refiero al hacer esperar a tus visitas por más de media hora mientras te arreglas…

-Ja, ja, ja… Sí… es un defecto que hasta ahora no puedo evitarlo… pero, algún día Educito… algún día…

-Bueno… ¿a dónde deseas ir?- pregunté.

-¡No lo sé!… ¡tú eres mi guía!… ¡sorpréndeme!- respondió Maricarmen -Pero, OJO... No subiré a tu puta moto…

-¡No jodas!… ¡tendrás que aguantar!…

-Eduardo, no fastidies… sabes que me dan pánico las motos…

-No te preocupes monga, que manejaré como nunca antes lo hice… bien suavecito y bien rico…

-Mmm… como me gusta- respondió Maricarmen con cierta picardía.

-Ja, ja, ja… sí… pero, no me refería a eso…

-Ni yo tampoco Educito… allá tu con tu mente mañosa…

-Ya… dejemos las mañoserías a un lado y vayamos a conocer algunos sitios- dije.

-Pero maneja bonito… ¿sí?...

-Desde luego monga…

-¡Que te parece si comenzamos nuestro recorrido por la laguna de Yarinacocha!- propuse.

-¡Me parece una muy buena idea!- respondió Maricarmen -Pero, primero lo primero…

-¡A que te refieres!- pregunté.

-¡Me muero de ganas por comer algo típico de la selva!…

-Ja, ja, ja… romperás la dieta…

-¡Carajo!… no hay nada que unos buenos aeróbicos para quitar unos rollitos de encima… Así que, vamos a comer algo rico…

-Entonces vayamos a la laguna de Yarinacocha… ahí hay muchos lugares donde uno puede degustar de las variedades gastronómicas de esta región… te sorprenderás por la diversidad de platos que encontraras… no obstante habrán algunos que te causaran una muy gran impresión por los ingredientes que utilizan…

-Papito, soy periodista… y a mi nada me sorprende- respondió.

-Ok, vayamos…

Subimos a la motocicleta y tomamos la ruta hacia el puerto turístico de Yarinacocha, mientras los rayos del implacable sol acariciaban el cuerpo blanco y pálido de Maricarmen.

-¡Sol de mierda!… (…)… ¡Oye Edú!…

-¡Dime monga!…

-¡Fallaste!…

-No entiendo…

-Dijiste que anoche iba a llover… y no cayó ni una puta gota de lluvia… (…)… Tu culito falló esta vez- dijo Maricarmen sonriendo.

-Ja, ja, ja… muy cierto…

Al llegar a la rivera del puerto principal de Yarinacocha estacionamos la motocicleta al lado de una caseta de información turística.

-¡Amiguito, te pido un favor inmenso!- dije a una persona de estatura mediana de aproximadamente cuarentaicinco años de edad, vestida con uniforme de seguridad que custodiaba dicho lugar.

-¿Dígame amigo, en que lo puedo ayudar?- respondió aquel sujeto de apariencia bonachona.

-¡Quisiera dejar mi moto acá!… ¡y de paso le das una miradita de vez en cuando!…

-¡Pucha amigo!… ¡está prohibido estacionar las motos en este lugar!…

-Sí, pero… si lo dejo en otro lugar, fácil que se me la pelan, y ahí si la cagada…

-No amigo… está prohibido… si no con mucho gusto- dijo firmemente aquel custodio.

-(¡Indio de mierda!)- dije en mi mente mientras lo miraba fijamente a los ojos y mostrando una sonrisa.

-¡Déjame convencerlo mi amor!- me dijo Maricarmen mientras tomaba del brazo a la persona de seguridad y se lo llevaba hacia un costado de la caseta de información.

Al poco rato de tener una conversación muy privada y breve con el custodio intachable e incorruptible de la ley y el orden, Maricarmen dijo -¡Ya está, solucionado!… ¿nos vamos?...

Observé al personaje pictórico del orden, lo mas acojudado posible, sin saber lo que había ocurrido.

-¡Vayan nomas jóvenes!… ¡no se preocupen de nada!- dijo aquel personaje de seguridad.

-¿Que chucha fue lo que le dijiste?- pregunté totalmente desconcertado y ahuevado.

-¡Nada importante!… ¡simplemente lo convencí en el lenguaje universal del hombre!- respondió.

-(…)… ¿Sexo?...

-¡No idiota!… Le ofrecí dinero al tipo ese…

-¡Indio de mierda!…

-¡Oye!… ¡no seas tan despectivo para hablar así de esa persona!… ¡todos tenemos necesidades!… y como la situación está tan jodida, de algo tenemos que sacar provecho…

-¡No lo decía por él!... si no por mí, por no haber pensado en eso del dinero…

-Je, je… bueno… sigamos caminando- propuso Maricarmen.

Al continuar con el recorrido por el puerto principal de aquel balneario, llegamos hasta la zona de comidas típicas, mezclándose entre ellas los ambulantes nativos vendiendo collares, pulseras y demás artesanías, además de los ya particulares restaurantes turísticos con numerosos platos a la carta.

-¡Uau, que es esto!- preguntó Maricarmen al observar un plato regional en uno de los puestos ambulantes de comidas típicas.

-¡Se llama Patarashca!- respondí -¡Esta hecho de pescado envuelto en hojas de bijao, similares a las hojas de plátano, que se usan especialmente para envolver alimentos (como este) y es asado al carbón!…

-Mmm… se ve agradable… y este otro, cómo se llama…

-Este se llama… (…)…

-¡Inchicapi!- respondió la vendedora, dueña de la mesa ambulante donde se encontraban -Es una sopa preparada con gallina, maní, culantro y yuca…

-¡Era exactamente lo que yo iba a decir!- respondí.

-¡Claro, chapulín colorado!- dijo Maricarmen mientras dibujada una sonrisa en sus labios.

-Este es el clásico y típico Juane de gallina, hecho a base de arroz, gallina, huevos, y aceitunas, todo esto mesclado y envuelto en hojas (también) de bijao, solo que se cocina durante un par de horas aproximadamente antes de comerla- dije.

-Carambas… veo que sabes de comida de la selva…

-Tenemos que saber de nuestra cultura gastronómica propia de nuestra región… además el juane es el plato bandera en la época de fiestas regionales como la de San Juan, que se realiza cada veinticuatro de junio… y en casa mi viejita los prepara de una manera riquísima, que si la pruebas no descansarías de comerlas…

-Mmm… probar para creer… (…)… y esto que parece ensalada, como se llama…

-¡Este es Picadillo de paiche!- dije mirando hacia la señora dueña de la mesa, para garantizar lo dicho -¿No es así señito?...

-¡Así es joven!- respondió aquella señora.

-De esta comida no estoy tan familiarizado, ya que no me gusta del todo… pero, está preparada a base de paiche seco y salado deshilachado, con cebolla, tomate y ají…

CONTINUARÁ...

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